Último acto de Harry y Meghan como miembros de la corona británica
Edición Impresa | 10 de Marzo de 2020 | 02:01

LONDRES
Relajados y sonrientes, el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle hicieron ayer su última aparición como miembros de la realeza británica, acompañando a la reina Isabel II en un oficio religioso en Londres, antes de dar el salto a su nueva vida.
El duque y la duquesa de Sussex asistieron junto a los otros miembros de la familia real a una misa en la Abadía de Westminster con motivo del día de la Mancomunidad británica (Commonwealth).
Meghan vestida de verde con un pequeño sombrero estilo beret (boina) ladeado y zapatos nude, y Harry con traje azul y corbata clara del mismo color, se sentaron en segunda fila.
Frente a ellos se situaron los pilares restantes de la realeza: la monarca de 93 años, William (hermano mayor del príncipe) y su esposa Kate, y el padre de ambos, Carlos, junto a su esposa Camila Parker-Bowles.
Hubo discursos de los líderes de las diferentes confesiones religiosas y acompañamientos musicales. Y una vez terminado el acto, la joven pareja abandonó la iglesia y la vida que tanto han deseado dejar de lado.
Harry, de 35 años y sexto en la línea sucesoria al trono, y Meghan, una ex actriz estadounidense de 38 años, regresarán ahora a Canadá, donde dejaron a su bebé Archie de 10 meses, y a fin de mes emprenderán oficialmente una nueva vida financieramente independiente.
Los duques de Sussex sacudieron a la monarquía británica en enero cuando anunciaron repentinamente que querían abandonar las obligaciones que implica ser miembro de la realeza.
Ambos habían manifestado su dificultad para soportar la enorme presión a la que la prensa popular británica somete a la familia real.
El problema venía de largo en el caso de Harry, todavía herido por la muerte de su madre, la princesa Diana, en un accidente de tránsito en París en 1997 cuando era perseguida por los paparazzi.
Acusó a los medios sensacionalistas de acosar a Meghan y denunció comentarios racistas hacia la ex actriz, que es mestiza.
En un primer momento, su decisión de apartarse de la monarquía, rápidamente bautizada como Megxit, haciendo un paralelismo con el Brexit, provocó indignación y consternación entre los partidarios de la realeza británica.
Pero la pareja recibió una cálida bienvenida en su última ronda de compromisos oficiales en el Reino Unido, adonde llegaron la semana pasada.
Harry y Meghan fueron recibidos con una ovación al inicio del concierto de una banda militar en el Royal Albert Hall de Londres el último sábado. Y la duquesa de Sussex provocó gritos de júbilo de los estudiantes de Dagenham, al este de Londres, cuando hizo una visita no anunciada a su escuela el viernes. Harry es el hijo menor del heredero al trono, pero desde fines de este mes él y su esposa dejarán de utilizar el título de Altezas Reales y de cobrar fondos públicos, excepto en lo que concierne a su seguridad. (AFP)
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