El Gigante Mundialista pareció aún más grande
Edición Impresa | 15 de Marzo de 2020 | 04:23

La inmensidad del estadio Malvinas Argentinas y la no presencia de público fue desoladora.
Si hasta se escuchaban los grillos en la tardecita mendocina, en el estadio que está enclavado en el corazón mismo del hermosísimo Parque San Martín de la capital mendocina.
Y a falta de cinco minutos para el inicio del encuentro, recién se asomó por el túnel el equipo de Miguel Ángel Russo que utilizó la indumentaria alternativa e ingresó a los saltitos al campo de juego para pasar a saludarse con los codos, como lo indica el protocolo, en esta “Copa de la Superliga” por la crisis del coronavirus, en un torneo que de seguro este martes, se suspenderá como el 99 % de las actividades deportivas no solo en nuestro país, sino en todo el cono Sur.
Así como se escuchaban los grillos, también se escuchaban los gritos desde los distintos bancos de suplentes y la voz del ayudante de campo de Mario Sciacqua, el platense Facundo Besada se dejó notar entre todas. Es más, fue el más activo del banquillo de relevos local.
Del lado del Xeneize, solamente la alegría y los gritos de festejo después de los dos goles y poco más. Mucha tranquilidad y muchísima mesura en Miguel Ángel Russo a quien se lo escuchó pocas veces y en una de ellas, claramente alentando a Salvio, aplaudiendo al grito de “Vamos Toto, vamos Toto...así”.
Las cosas que dejó un partido que nadie quiso jugar en la tierra del Sol y el buen vino; en lo que fue la apertura de una Copa de la Superliga, que este martes seguramente encontrará el freno que muchos de los protagonistas le han querido poner desde el vamos.
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