A los golpes, un matrimonio se resistió a un atraco y puso en fuga al ladrón en 81 y 120

Lo sorprendieron mientras estaba dentro del domicilio de la familia. El delincuente actuó solo e intentó huir en un auto, pero terminó preso

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“Este es un barrio tranquilo, tenemos algunos robos, pero no como el de ayer (por el sábado). Todos los vecinos nos enteramos de lo que había pasado cuando vino la Policía”, le contó, con sorpresa, una frentista de 81 entre 120 y 121 a este diario, sobre el episodio que había ocurrido frente a su vivienda horas antes.

El sábado a la noche, en esa cuadra de Villa Ponsati, un delincuente fue detectado por los dueños de casa en pleno proceso de un escruche. Había entrado amparado por la oscuridad de la noche y aprovechando que el domicilio estaba vacío.

Entonces, tras un forcejeo, el intruso escapó a la carrera hasta el auto en el que había llegado e intentó huir, pero fue detenido a pocos metros de allí por personal de la comisaría Decimosexta.

UNA VENTANA ROTA, GOLPES Y FUGA

Fuentes oficiales le informaron a este diario que el hecho ocurrió por la noche, pasadas las 21, en un inmueble situado en 81 entre 120 y 121.

Los propietarios del lugar estaban por ingresar cuando descubrieron que una de las ventanas del frente había sido violentada y además las luces del interior estaban encendidas.

Rápido, el matrimonio dio aviso a la Policía. Sin esperar la llegada del patrullero, el hombre y la mujer entraron en la finca, donde se toparon con el desconocido, indicaron los voceros.

Ante el cuadro, el ladrón se desconcertó y no supo cómo reaccionar. Esa duda permitió al hombre abalanzarse sobre el malviviente y ambos se trenzaron a golpes.

En la batahola también se metió la mujer. Forcejeando, los tres se fueron acercando a la puerta de calle. Siguieron la lucha en el porche y en ese momento arribó un patrullero.

Sin mucho más que hacer y temiendo ser capturado, el ladrón se deshizo de la pareja y encaró hacia el auto que tenía estacionado en la calle, un Ford Fiesta azul al que subió a toda velocidad. Intentó encenderlo, pero no llegó muy lejos: a sus espaldas un efectivo policial le dio la voz de alto y la incursión terminó allí.

Con algunos magullones y la adrenalina todavía pulsante, los damnificados le refirieron a los oficiales parte de lo sucedido.

En tanto, el delincuente, de 47 años, fue aprehendido y su vehículo secuestrado.

En su poder hallaron un reloj dorado, varias joyas y dinero en efectivo que era de propiedad de las víctimas.

Asimismo, llevaba una mochila con una barreta que presuntamente había usado para ganar el acceso a la casa.

La causa fue caratulada como “tentativa de robo calificado” e interviene la UFI Nº 6 a cargo del fiscal Marcelo Romero.

Un crimen CERCANO

Si bien los hechos de inseguridad no son tan frecuentes como en otras zonas de la Ciudad, un homicidio reciente puso el foco en el barrio.

En octubre del año pasado, Nicolás Pérez Gatti (19) fue en moto a entregar una pizza a 81 entre 116 y 117. Hacía dos meses que el chico había entrado a trabajar como repartidor para “ganarse el mango” en horario nocturno, con el objetivo de salir adelante de una situación económica complicada.

Mientras esperaba que la clienta le complete el pago de la comida, dos motochorros lo asaltaron para robarle el dinero y el rodado. En medio de ese ataque recibió un disparo que acabó con su incipiente vida.

En esos días, se realizó un “piquete de alarmas” caseras en protesta por los robos en la zona. A casi seis meses del asesinato, su familia todavía clama por Justicia.

Por el caso, la Justicia puso la lupa sobre dos menores de edad, quienes fueron arrestados y luego enviados a su casa. Ahora, se aguarda un dictamen de la cámara de apelaciones contra la liberación de los dos adolescentes señalados por el ataque.

 

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