Tras un raid delictivo que incluyó varios robos, cayó “Lecherito” en Berisso

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La jornada delictiva de “Lecherito”, un adolescente de 17 años, habría comenzado el sábado, pasada la medianoche, en la zona de 163 y 31. Se presume que el menor, que es conocido en ese barrio de Berisso, salió a “trabajar” sin compinches y acompañado solo con una barreta. Poco le importó que en el país impere la cuarentena decretada por el Gobierno a causa del coronavirus.

Según informó la Policía, primero probó suerte en una casa, pero no consiguió vulnerar ninguna abertura de la misma. El propietario alertó a las autoridades del hecho y, según declaró, llegó a ver a dos sujetos intentando abrir una ventana. Después de esa infructuosa intrusión, Lecherito pasó a un terreno lindero y consiguió barretear una puerta. Una vez dentro de la vivienda, juntó un magro botín con lo que pudo manotear.

Sin embargo, el joven no sabía que en ese momento era buscado por la Policía. Un móvil del Comando de Patrulla Berisso lo avistó a las pocas cuadras y logró aprehenderlo. En su poder hallaron varias monedas, tres pendrives y una tarjeta sube, todas posesiones que había sustraído en su segunda incursión.

Fuentes oficiales le informaron a este diario que el menor fue trasladado a la seccional acusado de “robo en grado de tentativa” y puesto a disposición de la Justicia.

Los elementos incautados, fueron devueltos a su dueño.

Al día siguiente, esta vez por la madrugada, un llamado al 911 indicaba que en 31 y 169 un individuo se encontraba forzando el ventanal de una finca.

El autor de la llamada no tenía dudas: se trataba de Lecherito.

A las seis de la mañana, un patrullero de la comisaría segunda de Berisso que se encontraba recorriendo las calles en el marco de un operativo de prevención por el COVID-19 se acercó al lugar.

Allí se entrevistaron con vecinos de distintos domicilios que señalaron al autor de una serie de hechos en el sector. Conforme declararon ante los uniformados, el ladrón violentó la ventana de una propiedad, pero algo lo hizo desistir de entrar a robar.

Sin darse por vencido, siguió caminando hasta toparse con un taxi que estaba estacionado y sin ocupantes dentro.

Siempre según el relato de los frentistas, Lecherito pudo abrir una de las puertas del automóvil para sustraer distintas pertenencias de valor de su interior.

Entonces, por segunda vez en menos de 24 horas y en medio de una visible bronca vecinal, fue aprehendido y puesto a disposición de la UFI del joven en turno.

 

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