“Una obra maestra”: Jagger vuelve al cine, aunque avisa que podría ser su última película
Edición Impresa | 6 de Marzo de 2020 | 05:31

Han pasado casi 20 años desde que Mick Jagger actuó por última vez, pero como muestra la nueva película “The Burnt Orange Heresy” (“Una obra maestra”), no se ha oxidado para nada.
En la cinta, que se estrena hoy en Estados Unidos, Jagger actúa junto a Claes Bang y Elizabeth Debicki como un malvado coleccionista de arte que astutamente convence a un periodista (Bang) de que use una rara entrevista con un artista huraño (Donald Sutherland) como una oportunidad para robar una de sus pinturas.
Cuando el director Giuseppe Capotondi conoció a Jagger para hablar sobre el papel, le sorprendió la humildad del superastro del rock. “Dijo, ‘mira, no he hecho esto en 20 años, puede que esté oxidado’”, recordó Capotondi.
Jagger encontró la manera de darle forma al personaje, con su peinado relamido hacia atrás y su acento ligeramente amenazador de Chelsea de la década de 1960. En la película, el marchante de arte de Jagger le hace al escritor de Bang una propuesta como la que tentó a Fausto y a partir de ese momento las cosas se vuelven más oscuras. Capotondi considera al personaje una versión del diablo, un papel muy adecuado para el compositor de la canción “Sympathy for the Devil”.
Es la primera película de Jagger desde “The Man From Elysian Fields” (“Gigoló: El precio del éxito”) de 2001 y, sí, podría ser su última. “Desearía haber actuado mucho más. Solo he hecho fragmentos por aquí y por allá cuando he podido”, dijo Jagger, y agregó con humor: “Tú sabes, tengo otro trabajo. Tengo varios trabajos más, en realidad”.
Cuando no ha estado de gira con los Rolling Stones, el rockero de 76 años se ha forjado una carrera itinerante pero aventurera en el cine. Ha preferido a cineastas más experimentales, trabajando con Jean-Luc Godard, Nicolas Roeg y Werner Herzog.
“Solía decirle a Jean-Luc, ‘¿cómo es el resto de la película? ¿Me puedes explicar?’ Y realmente no podía. No creo que él supiera. Pensaba, ‘¡qué genio!’”, recordó Jagger.
Con menos créditos en pantalla que David Bowie pero más que Bob Dylan, la carrera cinematográfica de Jagger ha sido sistemáticamente intrépida. Es un muy buen actor, aun cuando sus actuaciones para la gran pantalla serán siempre minimizadas por el gran espectáculo que ofrece su alucinante y vivaz personaje en el escenario.
Pero a menudo las fechas de sus giras han intervenido. La actuación de Jagger en la delirante película de Herzog “Fitzcarraldo” (1982) fue editada porque el protagonista principal, Jason Robards, se enfermó y cuando volvieron a comenzar la filmación en la selva de Perú, Jagger tenía una gira con los Stones. Klaus Kinski asumió el papel de Robards. Herzog dijo que la partida de Jagger fue “una de las pérdidas más grandes que haya experimentado como director”. Partes de la actuación de Jagger pueden verse en documentales como “Burden of Dreams” (“Un montón de sueños”) y “My Best Friend”.
Entre giras, sin embargo, Jagger fue parte la alucinante cinta de culto de Roeg “Performance” de 1970, en la que interpreta a un rockero confundido por las drogas que borra los límites de género. También interpretó al personaje principal en “Ned Kelly” de Tony Richardson, el mercenario o “bonejacker” en la cinta cyberpunk “Freejack” (“Freejack: El inmortal”) de Victor Vacendak de 1992, y a un drag queen en “Bent”.
Ahora, reconoció que “The Burnt Orange Heresy” podría ser su gran despedida de la gran pantalla. “Si no me ofrecen otro papel decente, podría ser”, dijo. Después rio. “No está planeado. Si alguien me ofreciera algo que hacer en el otoño, estoy seguro de que lo haría si fuera bueno”.
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