Vivir el día a día, un camino para lidiar con la incertidumbre
Edición Impresa | 13 de Abril de 2020 | 02:40

Por MARÍA PAOLA PIÑEIRO (*)
En épocas de respuestas instantáneas, donde cualquier duda se resuelve a partir de un acceso a internet, nos encontramos atravesando una situación nueva, paralizante física y mentalmente, para la cual no existen conocimientos previos.
La incertidumbre aparece como uno de los principales sentimientos que afectan a las personas en las encuestas de los últimos días.
Esta genera en el estado de salud mental de las personas dos tipos globales de reacciones: las más frecuentes negativas, paralizantes, angustiantes, y otras positivas, de proacción y resolución.
Las reacciones negativas se deben a la aparición de un estado de alerta permanente que conlleva a la búsqueda incontrolada de información, con escasa capacidad para determinar si esta es real o falsa, conductas impulsivas, sentimientos de angustia intensa y miedo a lo desconocido.
El desconocimiento de lo “por venir” implica falta de control, y en esta situación mundial que nos acontece, la falta de control tiene que ver con lo más preciado, la vida en sí misma.
La falta de control nos encuentra frente a frente con la finitud; el estado de alerta permanente por manejar “algo de lo que sucede” provoca un consumo de energía psíquica que desborda y hace emerger quejas somáticas, cansancio, dolores, angustias, irritabilidad, dificultades en la convivencia, paralizando nuestras acciones y dejándonos a merced del “destino”.
Pero existe otro tipo de reacciones frente a la incertidumbre, reacciones puramente racionales, donde podemos encauzar los sentimientos.
Detenernos y observar que nos sucede, enlistar los miedos, deshilacharlos de a uno y buscar opciones concretas para mejorar esos síntomas que nos invaden. Informarnos de manera prudente, seleccionando qué tipo de noticias consumimos, ocupando parte del tiempo en conectarnos y comprobar que la gente que nos rodea sigue en pie, ocupándonos de los métodos a través de los cuales podemos cuidarnos y cuidar a los otros.
DÍA A DÍA
Vivenciando el día a día volveremos a tener el control de nuestra vida y podremos comenzar a sentir nuestro mundo como un lugar seguro.
Transitar la incertidumbre con información real y acciones concretas de protección permiten que este aislamiento social fortalezca nuestra responsabilidad y nos haga partícipes del equipo mundial que viene dando batalla a este nuevo virus.
Porque todos somos parte de la red necesaria para afrontar esta pandemia.
(*) Especialista en Psiquiatría Infantojuvenil
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