El Gobierno reconoce una “evidente” suba de la pobreza

Está “aumentando la pobreza”. Y es “evidente”, consideró ayer el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, al analizar los efectos que la crisis provocada por el coronavirus deja a su paso.

“Es difícil hacer estimaciones en este momento, pero es evidente que está aumentando la pobreza”, reconoció Arroyo, y argumentó que eso ocurre porque la pandemia hizo que aumentara “el costo de los alimentos” y que “bajaran” los ingresos.

“Antes de la pandemia teníamos 8 millones de personas con la necesidad de recibir asistencia alimentaria. Ahora tenemos 11 millones de personas”, comparó el funcionario.

Arroyo realizó estas declaraciones periodísticas al responder sobre las estimaciones del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) en cuanto a que la pobreza podría llegar al 45 por ciento en el próximo relevamiento. En 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el indicador cerró en 35,5 por ciento, afectando a unos 14, 4 millones de argentinos. Para la UCA, a fines del año pasado el flagelo alcanzaba al 40,8 por ciento de los argentinos.

En este escenario, el titular de Desarrollo Social destacó que -tras la polémica desatada por los sobreprecios en los alimentos que compra el Estado- su cartera haya decidido modificar el sistema de compras y esa medida permita que “ahora el Estado compre a precios máximos mayoristas”, o a menor valor.

“Se está cambiando un sistema que funciona hace 20 años”, insistió y detalló que en las convocatorias a licitaciones “ya no se invita a algunos, sino directamente a todos” mediante un listado abierto y publicado en la web.

En tanto, el ministro recordó que el próximo miércoles se pagará “un refuerzo de un mes adicional a la tarjeta alimentaria”, que significarán 4.000 pesos para madres con un hijo y 6000 pesos para aquellas que tengan más de uno”.

En otro orden, advirtió sobre la necesidad de controlar la violencia de género en los barrios afectados por el hacinamiento -en medio del aislamiento obligatorio- y de abrir posibilidades de trabajo local: “Tenemos que crear las propias changas en el barrio y no que vayan a la rotonda a esperar el trabajo del día como sucedía habitualmente”, graficó.