Manuel Cotti de la Lastra

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Distintas expresiones de dolor despertó el fallecimiento de Manuel Cotti de la Lastra, integrante de una caracterizada familia platense y visitador médico que desarrolló una extensa carrera en un reconocido laboratorio. Tenía 84 años.

“Manolo”, como lo llamaban en sus entornos sociales más cercanos, había nacido el 30 de abril de 1935 en La Plata. Fue el hijo menor de Manuel José Cotti de la Lastra -abogado que llegó a ser procurador de la provincia de Buenos Aires-, y de Corina Pelayo. Tuvo dos hermanas: Cora y Susana.

Se educó en instituciones de la Universidad, pues completó los estudios primarios en la Escuela Anexa y los secundarios en el Colegio Nacional. Luego cursó unos años en la facultad de Medicina, pero no concluyó esa formación y se volcó de lleno al trabajo en la industria químico-farmacéutica, concretamente en el laboratorio Bagó, donde cumplió con toda una trayectoria como visitador médico y se retiró de la empresa con el cargo de gerente de Relaciones Institucionales.

Al irse de la firma se dedicó a diferentes trabajos independientes hasta que se jubiló.

Repartió las pasiones entre el rugby (fue jugador del club La Plata) y Estudiantes. Y fue también, cuando la entidad vivía su esplendor, un entusiasta socio del Jockey Club.

De todos los ámbitos en los que participó formó relaciones de mucho afecto y duraderas. Durante muchos años tomar un café en el Costa Azul después de almorzar y junto a sus amigos era para él una cita insoslayable.

Dueño de un carácter jocoso, apegado al hábito de hacer bromas, donde él se reunía con familia o amigos no faltaban sus chistes.

Se había casado con Ana María Rivadavia y tuvo a su único hijo, Manuel, quien siguió con el nombre la larga tradición familiar.

Tuvo dos nietos, los mellizos Manuel y Francisco.

 

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