El plástico sirve para limitar los contagios, pero no a los motochorros

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Los responsables del minimercado de 32 y 142 bis tomaron la precaución de colocar un plástico entre la cajera y los clientes para evitar posibles contagios de coronavirus, pero esa medida de prevención de ningún modo frenó a los ladrones que siguieron activos, más allá de la pandemia y el aislamiento.

Con fidelidad y desde ángulos distintos, las cámaras de seguridad del negocio registraron lo que pasó allí ayer a la mañana, después de que llegaron dos hombres en moto. El que iba de acompañante se bajó, entró y esperó a que se fuera la única clienta, para luego encarar a la chica que estaba del otro lado del mostrador, quien está embarazada de 7 meses. Se sumó entonces a la escena el que había quedado de campana en la moto. Con tapabocas que en estos casos tienen la finalidad de “tapacara”, los muchachos tomaron mercadería y la plata de la caja, pero, no conformes con ello, le exigieron también a la víctima que les diera el teléfono celular. Visiblemente asustada, la empleada no se resistió, mientras observaba cómo la cercaban en una suerte de efecto tenaza.

Antes de irse uno de los delincuentes le pidió que le mostrara el interior de la registradora, donde -por lo que se ve en el video del interior del local- quedaban algunos billetes. Los manoteó y, entonces si, se fueron en la misma moto en la que habían llegado. En la secuencia también amenazaron a un repartidor. Fuentes policiales informaron a este diario que las víctimas no hicieron la denuncia.

 

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