En jaque por el virus, Brasil se encierra con Bolsonaro en la mira

Crece la cantidad de contagios y muertes en ese país, que blinda sus fronteras terrestres y aéreas por 30 días. Sólo se permitirá el tráfico comercial. Temor en la región por el avance del COVID-19

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RÍO DE JANEIRO

El gobierno del presidente Jair Bolsonaro prorrogó el cierre de todas sus fronteras por 30 días, mientras Brasil se consolida como el segundo país con mayor cantidad de contagios de coronavirus en el mundo sólo detrás de Estados Unidos.

La decisión aplica tanto a las fronteras terrestres como las aéreas, y excluye el tráfico comercial. Brasileños y residentes en el país quedaron exceptuados en la decisión, publicada en el Diario Oficial al aducir “razones sanitarias”.

Brasil registró 16.508 contagios y 965 muertes por la enfermedad en las últimas 24 horas y el estado San Pablo, epicentro de la pandemia, espera que la misma “probablemente” dure hasta octubre, informaron fuentes oficiales.

Con esos guarismos, el país totalizaba 347.398 casos y 22.013 defunciones, de acuerdo con el balance publicado por el Ministerio de Salud. Expertos consideran que podrían haber más casos de los reportados oficialmente debido a la falta de capacidad de pruebas en masa.

Desde la llegada de la pandemia, el presidente Bolsonaro ha minimizado al coronavirus, llamándola una “gripecita”’, y se ha mostrado más preocupado en el daño económico que puede generar la paralización de la actividad económica.

La propagación prácticamente descontrolada del virus en Brasil generó una alerta regional entre sus países vecinos, temerosos de que eventualmente pueda propagar otros focos menores de la enfermedad en el continente.

El video del escándalo

Mientras, la divulgación del video de una comprometedora reunión ministerial -que fue anticipado por EL DIA- reiteró la falta de interés de Bolsonaro en combatir la pandemia.

En la reunión, donde fueron protagonistas las groserías y los improperios, prevalecieron temas personales del presidente y aquellos que lo hacen salir de casillas, como los políticos que no son de su agrado, pero la crisis por la pandemia pasó prácticamente de largo, algo que fue destacado en primera plana por los principales diarios brasileños y por analistas políticos.

La polémica reunión de ministros -grabada en video- tuvo lugar el pasado 22 de abril, dos días antes de la renuncia del ministro de Justicia Sergio Moro, quien al abandonar el cargo acusó a Bolsonaro de “interferir políticamente” sobre la Policía Federal, organismo autónomo del Estado brasileño.

A raíz de las acusaciones, la Fiscalía inició una investigación sobre los presuntos abusos de poder de Bolsonaro y, a pedido de Moro, el video de la reunión ministerial fue exigido a la Presidencia y divulgado por orden del decano de la Corte Suprema, Celso de Mello, que supervisa la investigación.

Hace un mes, la situación del coronavirus en Brasil era bastante menor a la actual, con unos 46.000 casos registrados. Hoy, suma 347.398 contagiados.

En el encuentro ministerial, participaron los ministros del Gabinete y era la primera reunión de Nelson Teich, quien entonces se desempeñaba como ministro de Salud, en reemplazo de Luiz Henrique Mandetta, destituido por Bolsonaro por divergencias en la gestión frente al manejo de la pandemia.

Teich, que no alcanzó a durar un mes como ministro, apenas tuvo tiempo para mencionar cuál sería la estrategia a seguir para calmar el miedo de la gente frente al coronavirus.

El oncólogo habló de fortalecer el sistema hospitalario y mostrar que el Gobierno tenía una estrategia a seguir para así demostrarle a la gente que el Gobierno no era “un barco a la deriva”.

No obstante, la insistencia del entonces nuevo ministro en la necesidad de mostrar que se tenía control sobre la crisis, no tuvo eco y ningún otro ministro habló sobre estrategias para combatir el virus.

En la reunión, la palabra coronavirus, solo fue mencionada por el presidente y sus ministros en ocho oportunidades durante todo el encuentro y no necesariamente en referencia a la estrategia. Lo mismo ocurrió con COVID-19, que se mencionó en otras siete.

Otros temas prevalecieron en el encuentro, como la familia y los conocidos de Bolsonaro, o que las fuerzas de seguridad no le pasaran información a tiempo al mandatario y este tuviera que enterarse de las cosas por fuentes “particulares”.

También fueron tratados muchos otros asuntos, pero una de las cosas más notables fue la abundancia de las palabrotas y todo tipo de insultos contra adversarios políticos, como los gobernadores de Sao Paulo, Joao Doria, y Río de Janeiro, Wilson Witzel, a quienes Bolsonaro se refirió como “esas mierdas”.

Los improperios también se oyeron de algunos ministros, como el de educación que trató de “vagabundos” a los magistrados del Supremo Tribunal (STF).

 

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