Una nueva relación de pareja que se cortó por informes que hablaban de “peligro inminente”

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En mayo de 2008, al obtener salidas transitorias de la cárcel, Barreda se instaló en el barrio porteño de Belgrano junto a su pareja de entonces, Berta “Pochi” André, a quien conoció mientras cumplía su condena en la Unidad 9 de Olmos. Convivió con la mujer hasta que surgieron “problemas de convivencia” y tuvo que regresar a prisión.

“Pochi” se había conocido con el femicida en una visita a la penitenciaría.

Por orden de la justicia, fuera de la cárcel el odontólogo debía seguir un tratamiento psiquiátrico-psicológico y eligió entonces un centro de salud mental porteño, donde lo atendieron hasta 2012.

Cuando parecía haber rehecho su vida, en 2014, los informes del Patronato de Liberados refirieron “problemas de convivencia”, por lo que le revocaron el arresto domiciliario y volvió a la cárcel. “Era muy riesgoso sostener en el tiempo la situación del odontólogo y de su pareja”, dijo en aquel entonces el juez de Ejecución Penal de La Plata, Raúl Dalto. El magistrado se basó en una serie de informes que revelaron una “situación de peligro inminente”.

Mientras él fijó luego domicilio en el barrio Los Troncos de El Talar de Pacheco, su novia falleció en julio de 2015, a los 78 años.

 

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