Alberto Fernández y Cristina, entre el posible default y el impuesto a la riqueza
Edición Impresa | 6 de Mayo de 2020 | 04:16

El presidente Alberto Fernández y su vice Cristina Fernández de Kirchner estuvieron reunidos ayer durante dos horas y media en la quinta de Olivos. El encuentro estuvo rodeado de un estricto hermetismo dentro del Gobierno, aunque trascendió que definieron que el proyecto para crear un impuesto a las “grandes fortunas” no será tratado en lo inmediato en el Congreso de la Nación.
De hecho, en la sesión prevista para la semana próxima en el Senado sólo se abordarán los decretos de necesidad y urgencia en el marco de la pandemia, mientras que mañana la Cámara de Diputados debatirá la suspensión del impuesto a las Ganancias para los trabajadores de la salud. Pero el “aporte solidario” de las familias más adineradas del país aún no figura en el temario.
El proyecto, que genera controversia con la oposición, sectores empresarios y dentro del propio oficialismo, fue redactado por el diputado Carlos Heller a pedido de Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos en la Cámara baja. Cristina le dio impulso político a la iniciativa y Alberto F, después de mirarla de costado un par de semanas, se sumó a las deliberaciones.
Según pudo saber EL DIA, el desplome de la recaudación fiscal y la imposibilidad de mantener el fuerte ritmo de impresión monetaria para financiar los gastos que genera la pandemia del coronavirus, hicieron que el Presidente avalara el proyecto kirchnerista. Pero ahora se guardaría esa carta hasta saber cómo resultará la negociación con los bonistas acreedores del país.
El escenario del default
Alberto F. y Cristina analizaron que el default es un escenario posible para la Argentina, como sostuvo el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Y en ese contexto, comenzaron a esbozar el escenario posterior al 22 de mayo, la fecha en que se conocerá si habrá acuerdo con los bonistas o si la Argentina caerá en una nueva cesación de pagos de la deuda externa.
“El proyecto no está frenado”, confirmó anoche a este diario una fuente cercana a la vicepresidenta, tras el encuentro en Olivos.
Cristina visitó la quinta presidencial por tercera vez en un mes, en esta oportunidad luego de que se concretaran las designaciones en cargos de alto nivel de dirigentes que integran las filas de La Cámpora, como el caso de Fernanda Raverta en ANSES.
Pero el Presidente ni siquiera amonestó al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragala, un dirigente kirchnerista, cuando el organismo a su cargo se presentó como “amicus curiae” ante un pedido de la defensa del corrupto confeso Ricardo Jaime para salir de prisión a causa del coronavirus.
La polémica en torno a los presos también fue abordada ayer por Alberto F. y Cristina.
El respaldo a Kicillof
La Vicepresidenta llegó a Olivos con posición tomada.
Antes de la merienda que compartió con el jefe de Estado, publicó en su cuenta de Twitter un video institucional del Gobierno bonaerense a modo de respaldo político al gobernador Axel Kicillof, con las estadísticas que le proveyó el ministro de Justicia, Julio Alak, acerca de la superpoblación que se registra en los penales bonaerenses.
El madrinazgo político de Cristina sobre Kicillof no es una novedad, pero ayer lo ejerció de manera contundente.
A su vez, Alberto F. pasó del enojo por los cacerolazos contra el Gobierno –a raíz de la liberación de presos peligrosos- a instruir al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, para que acelere la disposición de espacios para alojar a presos considerados en el grupo de población de riesgo (mayores de 60 años y con enfermedades precedentes) y de esa manera descomprimir los abarrotados penales.
No están de acuerdo
En otros aspectos políticos, el Presidente y su vice no parecen estar de acuerdo. Por caso, la relación que entabló Alberto F. con el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tendiente a cerrar la grieta con la oposición, no es bien recibida por Cristina.
A tal punto, que acaba de involucrar a Larreta en un presunto apriete a una camarista durante el período macrista.
“Qué pensamientos atravesarán la cabeza de Horacio Rodríguez Larreta enterándose que Juan Bautista Mahíques, a quien propuso y designó como fiscal general del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires, aprieta a jueces y juezas para obtener fallos a la carta?”, escribió Cristina en referencia a la camarista Ana María Figueroa, quien luego negó haber mencionado a Mahíques.
Cafiero y la Cámpora
Otro motivo de disputa entre la mesa chica del Gobierno y el kirchnerismo gira en torno al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. El camporismo lo apuntó por presuntos errores de gestión.
En el chalet presidencial, Alberto F. y Cristina Kirchner tuvieron tiempo para ajustar cuentas.
El Presidente -según fuentes reservadas- reconoció que no siempre están de acuerdo, pero también dijo que estuvieron mucho tiempo distanciados, como para volver a pelearse ahora. Eso sí, las conversaciones quedan entre ambos: “Sólo ellos saben”, dijo a este diario un funcionario de presencia habitual en Olivos.
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