A 80 años de la caída de París bajo el oscuro dominio nazi
Edición Impresa | 14 de Junio de 2020 | 02:53

Un día como hoy, hace ya 80 años, los habitantes de París bebían uno de los tragos más amargos. La mañana del viernes 14 de junio de 1940, las tropas nazis ingresaron en París marchando a paso de ganso (elevando las piernas rectas ante sí) por los Campos Elíseos, dando inicio a cuatro años de ocupación cargados de dramatismo y tragedia.
Para los franceses, la caída de París fue un hecho inesperado, humillante y emblemático: significaba la derrota de un estilo de vida ante la embestida del totalitarismo, la caída simbólica de una Europa democrática bajo la brutalidad hitleriana en el apogeo de su expansionismo.
Mientras la Ciudad Luz se oscurecía y se acostumbraba a ver a las tropas nazis desfilando por sus bulevares, Francia firmó su capitulación en el mismo vagón de ferrocarril situado en el bosque Compiègne donde, en 1918, se había rubricado la derrota alemana en la Primera Guerra.
Adolf Hitler insistió en utilizar ese escenario tan simbólico para vengar aquella afrenta y devolver la humillación a los franceses.
París ya se había salvado por muy poco de ser ocupada durante la Primera Guerra, ya que las fuerzas alemanas estuvieron a apenas 38 kilómetros de la capital francesa en la batalla del río Marne y hasta los taxis parisinos se usaron como ambulancias improvisadas para trasladar heridos del frente, mientras el estruendo de los cañones se escuchaba desde los Campos Elíseos.
Sin embargo, la Segunda Guerra, que comenzó el 1º de septiembre de 1939 con la invasión nazi a Polonia, tuvo otra dinámica y la blitzkrieg (guerra relámpago) de la maquinaria bélica del Tercer Reich alemán rompió en 1940 las líneas francesas, empujó a los ejércitos aliados hacia la Costa del Canal de la Mancha y luego fue bajando hacia París, abandonada por el gobierno, desprovista de mayores defensas y declarada ciudad abierta para salvar su patrimonio de la destrucción.
LA PESADILLA FRANCESA
La pesadilla francesa había comenzado un mes antes de la caída de París. El 12 de mayo de 1940, dos días después del inicio de la invasión de los Países Bajos, los tanques alemanes entraron a Francia desde Bélgica a través del macizo boscoso de las Ardenas.
Los comandantes franceses, que confiaban en que esas colinas tan frondosas no podrían ser atravesadas, equiparon a sus tropas con pocas armas antitanques o antiaéreas.
Los soldados alemanes cruzaron el río Mosa por la ciudad de Sedán mientras los aviones bombardeaban las defensas. La famosa línea Maginot (muralla fortificada y de defensa construida por Francia a lo largo de su frontera con Alemania e Italia tras el fin de la Primera Guerra) no constituyó un problema: los invasores la rodearon por el norte. Fue un tremendo golpe que casi paralizó al ejército francés, cuya organización táctica era pésima. Los alemanes tenían mucho más aviones y el fin fue inevitable. Para entonces, el gobierno francés había huido a Burdeos.
El 16 de junio, el primer ministro Paul Reynaud prefirió dimitir a rendirse y fue reemplazado por el octogenario mariscal Henri Pétain, todavía respetado como héroe de la Primera Guerra pese a haber comandado la política militar responsable de la derrota.
El 22 de junio, Pétain firmó el armisticio en Compiègne en aquel emblemático vagón, que de inmediato fue llevado a Berlín para exhibirlo como trofeo de guerra. Cinco años después, cuando la derrota nazi ya era inevitable, el Führer lo hizo dinamitar.
Tras el armisticio, tres quintas partes del norte y el oeste del territorio francés eran zona ocupada, mientras que el resto seguía siendo soberano.
EL GOBIERNO DE VICHY
Pétain trasladó la capital a Vichy, donde lideró un gobierno títere que colaboró en muchos sentidos con los nazis y reveló la ambigüedad de comportamiento de una parte de la sociedad francesa.
Algunos personajes famosos como la diseñadora Coco Chanel y el cantante Maurice Chevalier, también colaboraron con los ocupantes nazis, aunque varios de ellos ensayaron después complicadas explicaciones para justificar su conducta.
Otros notables, como los actores Michele Morgan y Jean Gabin, prefirieron dejar el país antes que convivir con los vencedores. Y un tercer grupo se integró a la resistencia.
UNA FOTO QUE HIZO HISTORIA
El 28 de junio, entre las 6 y las 9 de la mañana, Hitler visitó París por primera y única vez en su vida e inmortalizó ese momento con una foto que se sacó frente a la Torre Eiffel. A esa altura, el antiguo viceministro de Guerra, general Charles de Gaulle, había volado hacia Londres y emitía desde allí su histórico llamado a la resistencia de los franceses.
En la capital de Inglaterra, De Gaulle fundó el movimiento de la Francia Libre, cuyas fuerzas armadas, compuestas por exiliados y habitantes de las colonias francesas ayudaron a los aliados durante el resto de la guerra.
Mientras tanto, en París la vida se fue normalizando: reabrieron cines, teatros y restaurantes. Dos años después, la Policía de la capital francesa mostraría su vocación colaboracionista al organizar la gran redada contra los judíos de París, a los que se agrupó en el Velódromo de Invierno y se los envió en trenes hacia los campos de concentración.
La toma de París fue la culminación de la ascendente trayectoria bélica del nazismo. La ciudad sería finalmente liberada el 25 de agosto de 1944.
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