La violencia de género potenciada por la cuarentena

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Es conocido que las denuncias por violencia de género aumentaron casi un 40 por ciento en la Argentina durante la cuarentena por el coronavirus, habiéndose constatado además que, desde que comenzó el confinamiento, el 20 de marzo pasado, se han producido más de treinta femicidios en el país, tal como lo señalan los últimos datos conocidos.

Tales referencias se vieron corroboradas por un estudio de las Naciones Unidas, en el que habla de “la otra pandemia”, al aludir al incremento de este delito en perjuicio de las mujeres y las niñas, hoy amenazadas doblemente por el COVID-19 y la violencia.

Se conoció también en estos días un estudio de la Revista Española de Medicina Legal, titulado “Violencia de género en tiempos de pandemia y confinamiento”, en el que se expresa que “las circunstancias del confinamiento potencian los factores de riesgo de violencia de género individuales y sociales, al aumentar el aislamiento y las barreras que dificultan la solicitud de ayuda y la denuncia. Esta situación tiene como consecuencia directa el aumento de esta violencia”.

También se sabe que en la América latina, en promedio 1 de cada 3 mujeres ha padecido violencia física o sexual en una relación íntima a lo largo de su vida y una de las principales estrategias de control de los perpetradores de violencia doméstica es, justamente, la de aislar a la víctima. De modo que la cuarentena y las medidas de aislamiento para prevenir el coronavirus COVID-19 pueden generar mayores riesgos para las mujeres que viven en situaciones de violencia doméstica.

El representante de ONU Mujeres para Argentina y Paraguay dijo en estos días que si bien en la región se han potenciado las líneas de atención de casos de violencia, estos han incrementado y los femicidios no cesan. “Se trata efectivamente de otra pandemia a atacar. Es fundamental tener datos disponibles, más refugios y protocolos específicos, apoyar a las organizaciones y redes de mujeres, y capacitar a la policía”, aseguró.

Desde esta columna y desde hace años se viene encareciendo la importancia de apelar a soluciones de fondo, entre ellas a las que ofrece una debida educación ciudadana, instando a que se procure enseñar tempranamente, a niños y jóvenes de las escuelas, acerca de los principios que hacen a una mejor y más sana convivencia social e igualdad de géneros, así como al pleno respeto de las personas sin excepción alguna.

Lo que estaría faltando, según especialistas, es el llamado plan nacional de acción para prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres. Como dato alentador debiera señalarse que, afortunadamente, no han faltado en estos años expresiones de rechazo a la violencia de género y acciones movilizadoras en defensa de la plena igualdad de las mujeres.

Asimismo, los planos institucionales se han sumado a la tendencia creándose organismos destinados a enfrentar el problema de la violencia de género, cuyos primeros resultados han servido, al menos, para obtener datos más certeros acerca de los alcances estadísticos de este flagelo. Estos esfuerzos, por lo señalado anteriormente, debieran acentuarse durante la etapa de la cuarentena en curso, dada la comprobada influencia que ella viene ejerciendo en el incremento de la violencia de género.

Pero nada de ello valdrá tanto en el futuro inmediato como la educación de base, impartida a nuestros niños, para que en las futuras generaciones existan bases sólidas, en las que poder apoyar un más pleno respeto a la identidad y a los derechos de las mujeres.

 

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