Se deben esclarecer los muy frecuentes robos de bicicletas

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A partir de un caso de robo de dos bicicletas, la justicia penal platense investiga en estas horas una modalidad delictiva consistente en poner en venta en Facebook esos rodados, apoderados ilícitamente, para entregarlos luego a los compradores en un local céntrico.

La comprobación de esa maniobra permitió detener a los autores del robo de dos bicicletas a un vecino domiciliado en Villa Castells, Gonnet, cuya denuncia que quedó radicada ante un juzgado de Garantías de nuestro departamento judicial. El problema dista de ser nuevo y no por conocido deja de reiterarse.

Como se sabe, los robos de bicicletas son muy frecuentes en nuestra región, al punto de que en muchos de los casos los damnificados ni siquiera formulan ninguna presentación ante las comisarías o fiscalías. Los robos se han visto incrementados en los últimos años, como derivación de la mayor utilización de este tipo de vehículos en la zona.

Existen antecedentes cercanos, como los conocidos en 2016 cuando numerosos ciclistas que salían a pedalear –en especial aquellos que lo hacían en rodados de mayor costo, las denominadas Montoain Bike o las también onerosas bicicletas de carrera- denunciaron que habían sido atacados y despojados de sus rodados. Esa lamentable sucesión de delitos contra los ciclistas se vio matizado por incidentes dramáticos, en los que algunos de ellos debieron ser hospitalizados a raíz de las graves lesiones recibidas durante los asaltos.

Cabe también consignar que, frente a la pandemia del coronavirus y las recomendaciones existentes para un más seguro traslado de personas, la Organización Mundial de la Salud recomendó recientemente el uso de bicicletas para moverse en las grandes urbes. Ello derivó en los últimos meses en un ostensible incremento del número de ciclistas en la vía pública.

Se sabe también que uno de los ítems que los ciclistas reclaman para evitar los robos de sus rodados tiene que ver con la habilitación de bicicleteros para su guarda en plazas y reparticiones públicas. Sin embargo, salvo algunos casos aislados, es muy poco lo que la Ciudad ha avanzado en esta materia.

El tema planteado por los ciclistas platenses es conocido sobradamente y fueron ya varias las administraciones municipales que, sucesivamente, prometieron plasmar medidas de fomento y de mejor resguardo del uso de la bicicleta en la Ciudad. Por cierto que la tendencia al mayor empleo de estos rodados se resiente, si la delincuencia opera con facilidad en el robo y posterior comercialización de esos vehículos.

En los años pasados, cuando se impulsó la creación de la policía municipal, se aludió en forma insistente a la necesidad de que ese cuerpo se adentrara en el conocimiento de los barrios, que sus efectivos debían recorrer. Se dijo entonces que la mayor relación vecino-policía podía traducirse, como ocurre en el mundo con muchas de las policías locales, en una mayor capacidad de prevención por parte de la policía.

El despliegue de tareas mínimas de inteligencia por parte de una policía de cercanía debiera alcanzar para desbaratar estas modalidades delictivas, que tan negativamente afectan a la calidad de vida de la Región. De allí que resulte perentorio que la policía persiga a quienes roban a los ciclistas y que, también, se esclarezca qué es lo que ocurre con las bicicletas robadas.

 

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