El asentamiento “De las vías”, un lugar de extrema vulnerabilidad muy cerca del brote de COVID-19

Son poco más de 200 las personas que viven en este sitio precario. La basura que nadie retira y el tren que ensucia más

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Los móviles de la TV, los patrulleros y las cámaras están desde hace unos días en el barrio José Luis Cabezas de Berisso y Ensenada. Allí hay un brote de coronavirus que puso en jaque a la zona. Pero muy cerca, a unos 300 metros, hay otra zona de enormes necesidades que pide ayuda a gritos. Y que debería llamar la atención para que no se convierta en otro lugar de contagio masivo.

Se trata del barrio “De las vías”. Al menos así le llaman varias de las 200 personas que allí viven desde hace unos meses. No tiene más de un año, el mismo tiempo que acumuló una montaña de basura de tres metros de alto y un diámetro similar que espanta. Estos barrios, que se forman de usurpaciones de terrenos, siempre tienen un andar poco feliz.

En el lugar no hay gas ni agua. Muy pocos llevan barbijos ni respetan la distancia social. En el barrio, que tiene dos cuadras desde 122 hasta 120 y unos metros para los costados, se vive como se puede. Y los mismos habitantes dicen “sobrevivimos, nada más”.

EL DIA estuvo en el lugar. Caminó junto a los vecinos y habló con ellos, que pidieron ayuda porque ahora no hay una sola persona del lugar que tenga trabajo. Todos, que sobrevivían gracias a changas y otras yerbas, ahora no tienen ingresos. Según contaron la mayoría trabajaba en el Hipódromo, que hoy está cerrado.

“No nos queda otra que quedarnos acá. No podemos salir a trabajar y nadie nos ayuda. En mi casa funciona un comedor que le da de comer a 120 personas, 30 nenes. Pero como no tenemos más recursos no podemos seguir atendiendo. Es desesperante la situación”, cuenta Melina, referente de la zona, mientras sus hijos corren detrás suyos y su pareja y amigos comparten una charla.

En el barrio, quedarse en casa es quedarse en el barrio. Para muchos una irresponsabilidad, para otros una realidad típica y tradicional de los barrios carenciados. Esas casas no tienen las más mínimas comodidades. Algunas, de hecho, ni concreto en el piso. Entonces ¿cómo hacer para que se queden dentro todo el día? Imposible.

“Tampoco podemos pedirles a los comercios de la zona porque están todos fundidos, no tienen más para darnos. Y no queremos que los más chicos salgan a pedir monedas a los semáforos. Así es nuestra realidad hoy”, continuó la chica que confesó tener el comedor parado desde hace más de una semana. “Por favor, un paquete de arroz, polenta o fideos, todo nos sirve”.

También contó que el asentamiento tiene menos de un año. Ella, con su marido y hijo se afincaron ahí hace unos cinco años. En ese mismo momento lo hicieron otros vecinos. Pero el año pasado creció con un centenar de casillas de chapas y maderas.

“El basural tiene ese mismo tiempo. Claro, ¿dónde van a tirar sus cosas? En la 122 hay un contenedor, pero no lo retira nadie. El coronavirus es uno de los tantos problemas con los cuales convivimos”, se descargó.

Para colmo, por el medio del asentamiento pasa el tren de carga que también atraviesa al barrio Cabezas. Lleva carbón a la refinería. El carbón se desparrama y de paso ensucia más. Sobre llovido, mojado.

“A los nenes siempre nos agarra algo cuando pasa. Salpica cosas y nos empezamos a rascar. A mi hermanito se le hizo una lastimadura de tanto rascarse y a los días tuvieron que internarlo porque le salían gusanitos”, se sumó una criatura de no más de 11 años.

Melina interrumpe y, además de ratificar lo sucedido, explica que la mayoría no tienen pisos en sus casas y por eso convivir con la tierra es muy complicado. “Encima ahora que no hay escuelas la situación se hace más difíciles. Acá no tenemos internet ni podemos imprimir hojas. Todos están con un cuadernillo que les dio el ministerio de Educación. Encima muchos padres ni pueden ocuparse porque no saben cómo hacerlo”.

En el final desmintió que el barrio De las vías sea una continuación del Cabezas. “No tenemos nada que ver. De hecho hubo varios problemas con gente de esa zona, por algunos robos. Y más de una pelea”.

 

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