El violento intento de toma de tierras en City Bell mantiene en vilo a los vecinos
Edición Impresa | 19 de Julio de 2020 | 02:17

Lejos está de tratarse de un fenómeno nuevo. Más bien es un problema endémico de la Región. Pero la virulencia con la que se están manifestando en las últimas semanas ha vuelto a poner en primer plano a las usurpaciones, que se han transformado en una pesadilla para los vecinos de la Ciudad que tienen tierras en la periferia, o viven en esa zona y pasan de la tranquilidad a la incertidumbre en un abrir y cerrar de ojos.
El último capítulo de esta saga que, ante la mora de la autoridades para ponerle freno se prolonga sin solución de continuidad, se desarrolla en City Bell. Más precisamente en la zona de 141 entre 446 y el arroyo Carnaval, donde el viernes por la noche un grupo de al menos cuarenta personas intentó afincarse ilegalmente y desde entonces se sucedieron escenas de conflicto por la tierra que tienen en vilo a los vecinos históricamente radicados.
Sucede que, como reflejara este diario, antenoche los ocupantes fueron desplazados por la Policía, pero la tensión no cede: ayer los intrusos volvieron a intentar copar las tierras en cuestión, linderas al cauce del arroyo Carnaval y manifestaron su postura de regresar cada noche hasta apoderase de los terrenos. De hecho, ayer hubo varias embestidas y los vecinos y la Policía resistían los intentos de ocupación.
“Es gente que viene del lado de El Rincón. Cruzan el puente de metal, por el que se puede pasar caminando, en bicicleta o en moto, pero no en auto, y que une ambos barrios. Son unas cuarenta personas, conocidos de la zona, la mayoría con antecedentes, que quieren tomar esas tierras para venderlas”, contó a este diario un vecino de la zona, quien, por temor a sufrir represalias pidió mantener su nombre en reserva.
Se trata de un barrio semi rural, con contadas viviendas que ocupan amplios lotes. Los lugareños cuentan que hay varios proyectos inmobiliarios propuestos para ese sector de la Ciudad, pero para poder avanzar con loteos en regla es necesario que sean rezonificados por el Concejo Deliberante local.
Lo concreto es que volvieron a intentar tomar tierras en ese sector. “Primero quisieron ocupar un lote amplio, pero vieron que era de propiedad privada, muy cuidado y se desplazaron después a las tierras que dan al camino de sirga y a la antigua vía del ferrocarril provincial”, comentó un vecino. “Son gente que tiene su casa. Esto lo hacen para después venderlas”, agregó. Y un parte policial dio cuenta los intrusos llegaron con “palos, machetes y piedras”.
Preocupados por lo que veían, los vecinos llamaron a la Policía. El procedimiento policial lo realizó personal del Comando de Patrullas de La Plata, de la Policía Local y del Gabinete Técnico Operativo de la comisaría Décima en un predio ubicado al lado de unas vías muertas en 141 y 446.
“El operativo tuvo dos etapas. Una de diálogo en la que unas 15 personas se retiraron del lugar luego de hablar con autoridades de la fuerza, pero luego una veintena de intrusos se opusieron al desalojo y se mostraron violentos”, dijo una fuente policial. Y detalló que los intrusos atacaron a los policías con machetes, palos y pedradas, “por lo que los integrantes de la fuerza debieron disparar postas de estruendo y de goma para dispersar a los violentos”.
Después de momentos de extrema tensión, el predio fue desalojado y un adolescente de 17 años resultó aprehendido por el delito de tentativa de usurpación, con intervención de la UFI N° 6 del fiscal Marcelo Romero y de la Fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil en turno.
Anoche vecinos se reunían en el lugar. Además, llegó el grupo GAD para evitar las intrusiones
“En el lugar quedó en consigna personal del Cuerpo de Infantería para evitar otros intentos de usurpación”, aclararon fuentes policiales. No obstante, ayer los usurpadores volvieron y hasta delimitaron parte de las tierras. Fueron los propios lugareños quienes desmontaron los “hilos” que los ocupantes habían colocado para parcelar. Pero al cierre de esta edición se mantenía la tensión: “Van y vienen, hay mucha preocupación en el barrio. Se juntaron los vecinos para que no se instalen, pero hay alguien que los está organizando”, dijo un vecino que le apuntó a un “puntero político”.
Otro vecino dijo que en un sector alcanzaron a “levantar una carpa precaria y se preparaban para avanzar con una fuerte toma” esta madrugada. “La verdad que la Policía intervino cada vez que los llamamos, pero no pueden dejar veinte efectivos custodiando acá”, lamentó un lugareño.
Un negocio millonario
En La Plata, se sabe, las tomas ilegales de terrenos se han convertido en un negocio millonario para grupos que actúan apoderándose de tierras que después venden por Internet. Aunque instalada hace años, esta metodología creció a un ritmo vertiginoso desde principios de este 2020 y afecta sobre todo a la periferia. El ejemplo más elocuente se ve por estos días en Los Hornos, donde se desarrolla la ocupación ilegal más grande en territorio bonaerense. Es un predio de 150 hectáreas que pertenece a la Nación. Y donde, pese a que ya se anunció un plan para avanzar con una urbanización, siguen copando terrenos y vendiéndolos en las redes sociales.
Abogados especialistas en el tema usurpaciones hablan de un cambio en la dinámica de este delito en la Región: hoy, se ha focalizado cada vez más en predios rurales grandes, de 4 o 5 hectáreas.
Las tomas reconocen dos modalidades predominantes. “La espontánea, hecha por gente de asentamientos cercanos y con escaso grado de organización. Y la más novedosa, donde aparecen grupos organizados y dotados de una logística que incluye camionetas todo terreno, que lotean y ponen en venta las parcelas a través de las redes sociales a valores muy por debajo de los del mercado”, afirman.
Vale recordar que, semanas atrás, frente a la proliferación de las usurpaciones que tienen lugar en la Región, la Cámara Inmobiliaria de la Provincia de Buenos Aires -CIBA- salió a cuestionar a la Justicia, que, según la entidad, no realizaría las actuaciones debidas para ponerle freno a esa modalidad, ilegal, de ocupación de tierras.
“Nos atacaron a pedradas. Hay un puntero que los está organizando”, dijo un vecino
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