La historia del platense que tiene una camiseta de Maradona de Italia '90

Martín Cabrera

Martín Didomenicantonio fue uno de los platenses que pudo estar presente en el mundial de Italia '90. Tenía sólo 15 años y dicha experiencia no se la olvidó nunca más. Al día de hoy, cuando se cumplen 30 años de aquel torneo, recuerda una montaña de anécdotas y luce, con orgullo, una de las camisetas que usó Diego Maradona. Sí, su ídolo futbolístico y el actual técnico de su equipo, Gimnasia.

"En aquella época no se vendían las camisetas como ahora que podés conseguirlas idénticas a las que usan los jugadores. Ni siquiera se acostumbraba pegarles los números. Por eso, que yo tenga una de las ocho que llevaron para él a ese Mundial es un orgullo tremendo, es un tesoro que lo llevo a todos lados", relató vía Zoom desde su casa mientras mostró la casaca para los lectores de EL DIA.

"Viajé solo desde Ezeiza a Fiumucino. Y de ahí a Turín, donde me esperaba mi papá. Como en ese momento estaba cursando el secundario no pude ir a todos los partidos, sino a los octavos de final en adelante", arrancó con su relato de ese vaje inolvidable y confesó que como se retrasó el vuelo llegó a la cancha en el entretiempo del partido ante Brasil. "Pudieron ser mis únicos 45 minutos con la Selección en el Mundial, pero por suerte llegamos a la final. Nunca me enteré de que en el primer tiempo nos habían peloteado".

Entoces llegó el momento de contar cómo consiguió ese tesoro que tiene hoy en el Mondongo. Su papá era amigo de Nelson Oltolina, ex presidente de Estudiantes y en ese momento titular de la delegación de la Selección, dada su amistad y confianza con Carlos Bilardo, el DT. "Lo vimos en Trigoria y pudimos acercarnos a algunos jugadores", recordó y agregó que los recibió de la mejor manera pese al aislamiento que había en torno al plantel. "En esa época no existían los celulares y para contactarnos con él tuvimos que llamarlo a teléfonos fijos, no fue nada sencillo".

"Me acuerdo que luego del partido contra Yugolslavia, en Florencia, le pregunté si me podía conseguir una camiseta. Me miró y me dijo 'menos de Maradona y Caniggia, la que quieras'. Entonces le pedí la de Olarticoechea o Giusti, que me gustaban", siguió con su relato. De inmediato dijo que tras el partido contra Italia, en Napoles, su papá se comunicó con Oltolina quien le avisó ya tenía el pedido que le había hecho. Ninguno de los dos sabía de la "sorpresa".

"Nosotros habíamos sacado los tickets para todos los partidos. No me olvido que en un restaurante una persona le ofreció mil dólares por cada entrada de la semifinal. Esos mil dólares significaban más que ahora. Era una barbaridad de plata. Le dije a mi viejo que las vendiera. Pero de ninguna manera. No aceptó", relató, agradeciendo esa decisión de su papá: no sólo vio uno de los partidos más emotivos en la historia de la Selección en los mundiales sino que, de yapa, conseguiría el souvenir más importante de su vida.

La cuestión es que pasó ese partido contra la Azzurra y la final ante Alemania. "Nos volvimos a la Argentina y a los meses Nelson (Oltolina) fue a comer un asado a casa. No me olvido más. Me dijo 'te traje la camiseta, perdoname la tardanza, pero mirala'. Cuando la abrí era la 10, la de Maradona. No lo podía creer. Una de las suyas del Mundial la tengo yo".

Contó que tiene dicha camiseta guardada bajo siete llaves, que nunca la usó y mucho menos la lavó. "Pensé en encuadrarla pero tengo miedo que la pase algo. Está ahí y la disfruto. Y mucho más ahora que Diego es el técnico de Gimnasia. Cada vez que voy a la cancha le trato de hacer entender a mi hijo lo que significó para todos nosotros. Es un mito viviente. Y está en el Lobo".

 

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