Harta de robos, hace guardia con un palo y un machete

Una vecina de 115 bis entre 80 bis y 82 denuncia que los ladrones atacan de noche a razón de una vez por semana en el último mes. Ahora, pasa las noches en vigilia

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El miedo y la desesperación se conjugaron para decidir a una vecina de Villa Elvira a adoptar un recaudo fuera de lo común, frente a los reiterados robos que sufrió en su vivienda en el último mes durante la noche.

Según reveló ayer a este diario Angélica Galeazzi (58) en el frente de su casa, situada en 115 bis entre 80 bis y 82, resolvió mantenerse alerta con un palo y un machete a mano. Eso por si ella o sus familiares, sorprenden dentro de su propiedad a algún ladrón.

Para entender mejor su postura, hay que tomar en cuenta que, según denunció, “me robaron acá cinco veces en el último mes”.

Y detalló al respecto que todos esos episodios de inseguridad se registraron “entre las 1.30 y las 4 de la mañana, cuando estábamos durmiendo las seis personas que vivimos acá, si cuento además a mis hijos y a una nuera”.

“ACÁ YA NO DORMIMOS A LA NOCHE”

Galeazzi y su familia sienten el asedio del accionar delictivo, tras esta seguidilla de robos que, indicó, “hasta ahora hizo que nos roben cosas como mi bicicleta con canasto, que me costó mucho comprarla, una hidrolavadora, una mochila con pertenencias de mi hijo de 24 años y algunas otros objetos. Buscan lo que tengan a su alcance en el patio y el fondo de la casa”.

“Es una situación que me tiene cansada y muy preocupada. Acá ya no dormimos a la noche, que es cuando nos vienen a robar. Pero no es justo ni se puede vivir así”, enfatizó.

La mujer tiene la sospecha de que los “rateros” son jóvenes del barrio y principalmente “menores de edad” . Recordó que “en una ocasión, vino un pibe de 16 años a robarnos. Pero uno de nuestros perros le empezó a ladrar bastante, así que prefirió escapar sin llevarse nada. Fue a las 2 y media de la mañana y lo alcanzamos a ver”, reflejó.

En distintos pasajes de la charla con este diario, enfatizó que “me voy a acostar teniendo a mi alcance un palo y un machete. Y donde lleguemos a `pescar`a uno dentro de casa, nos vamos a defender de esa manera”.

“NOS TOMARON DE PUNTO”

Asimismo, Galeazzi está convencida de que “estos ladrones nos tomaron de punto para venir a robar”.

“Hasta los vecinos, que ya están en alerta, no pueden creer que hayan venido a robarnos por quinta vez en el último mes”, consignó.

Rescató que “en ninguno de los robos se metieron dentro de la casa. Aunque igual plata no tenemos, sólo unos pesos para poder hacer los mandados”.

La mujer mencionó que “antes de la pandemia”, a vecinos que viven en una casa de enfrente “les desvalijaron la casa”.

Por lo que pudieron establecer en ese barrio, los delincuentes acostumbran manejarse con algunos códigos que les permite conocer dónde les conviene avanzar con sus fechorías.

Sobre el particular, Galeazzi señaló que “se ha comprobado que suelen pasar por la cuadra y silban, con lo cual quieren dar a entender a sus cómplices si conviene o no meterse a robar”.

En esa línea, expuso que “en ninguno de los robos supimos que hayan detenido a alguno de estos pibes”, lamentó.

“La Policía nos dice que cuentan con un sólo móvil para recorrer toda esta jurisdicción, que es realmente muy grande”, refirió después.

ALARMA VECINAL

Si bien la vecina y su familia fueron hasta ahora los blancos predilectos de los delincuentes, los restantes frentistas de esa cuadra comparten el temor frente a la escalada de inseguridad que se denuncia en el barrio.

Entonces, resolvieron financiar la compra de un sistema de alarma, manejado con pulsadores que activan de inmediato un potente sonido de alerta con sirenas y destellos de luces en forma simultánea.

“Ya la pagamos y la van a instalar en estos días. Esperemos que sirva para devolvernos la tranquilidad”, se esperanzó Galeazzi.

Por otra parte, aludió a la paradoja de que “hace 35 años que vivo en esta casa y nunca nos habían robado. Y en un mes, lo hicieron en cinco oportunidades”.

Esa extensa y privilegiada condición que ostentaba esta familia, mutó sorpresivamente en el último mes y es lo que tiene sumidos en la angustia a sus integrantes.

“Si no tenemos alarma ni cámaras en casa, es justamente porque nunca se necesitó de esos dispositivos en este barrio. Pero la realidad cambió y apostamos por el momento a que la Alarma Vecinal los haga desistir de seguirnos robando”, cerró.

 

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