Oscar Grau

Edición Impresa

Golpeó en los círculos científicos de la Ciudad el fallecimiento del doctor en Química Oscar Grau, quien fuera investigador superior y miembro de la Junta de Calificaciones de la Comisión de Investigaciones Científicas -CIC-. Dueño, además, de una dilatada y fecunda trayectoria académica, sus méritos le valieron el reconocimiento de sus pares.

Grau fue especialista en Virología Molecular y en Biotecnología; fue, asimismo, fue uno de los primeros de su campo en correr reacciones de PCR en el país. Se formó en la facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, trabajó en el Departamento de Ciencias Biológicas, fue Vicedecano, Consejero Superior, Presidente de la Fundación Ciencia Exactas y Profesor Emérito de la UNLP.

Comenzó sus estudios universitarios en 1957, en un contexto político y social muy particular del país, pues se debatía la educación libre y laica. Se recibió de licenciado en Ciencias Químicas orientación Biológica y en 1964 se incorporó al incipiente grupo de trabajo del doctor Gabriel Favelukes (fallecido en enero pasado). En el marco de ese equipo se dedicó a la investigación de la traducción de proteínas en células eritroblásticas de conejos. Los resultados de su trabajo se conocieron en su tesis doctoral y en la primera publicación de la Cátedra de Química Biológica en la revista Archives of Biochemistry and Biophysics en 1968.

Con una beca del CONICET realizó una estadía posdoctoral, entre 1968 y 1970, en el laboratorio de E. Peter Geiduschek en la Universidad de Chicago, Estados Unidos. A su regreso a la facultad, continuó los estudios iniciados en la ciudad estadounidense. Ese trabajo dio lugar a las dos primeras tesis que dirigió.

Fue un actor central en la historia del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular, también junto a Favelukes. En 1991 ambos sentaron las bases de lo que sería el Instituto dependiente del Departamento de Ciencias Biológicas de la facultad de Ciencias Exactas y el CONICET -IBBM-.

Tenía, según subrayaron sus colegas, una enorme fuerza para movilizar gente y proyectos, y unió esa característica a una inmensa capacidad de gestión.

Además de sus logros como investigador y de destacarse como impulsor de importantes iniciativas, fue un formador de múltiples y destacados científicos.

Entusiasta estudioso y con un conocimiento sagaz, solía anticiparse a los tiempos y preveía así las temáticas que serían importantes para el desarrollo de la bioquímica.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE