La realidad sanitaria obliga a respetar los protocolos

Edición Impresa

La necesidad de que la población cumpla en forma rigurosa con las pautas preventivas recomendadas por los médicos y los sistemas de salud –básicamente, la higiene personal, el uso del barbijo y el respeto al confinamiento- ha vuelto a convertirse en prioritaria, en jornadas en las que los datos estadísticos y otros índices ponen de relieve las graves consecuencias que viene causando el COVID-19, en particular en la llamada zona del AMBA que incluye a nuestra región.

Como se ha dicho, es fundamental que la gente sea más respetuosa a la hora de cumplir con las medidas preventivas en vigencia. Lamentablemente, bien se sabe que una buena cantidad de personas no acata esas disposiciones, organizándose aquí y allá fiestas clandestinas, torneos de fútbol u otros encuentros sociales o familiares muy numerosos que, como bien se sabe, suelen terminar en cadenas de contagios que pudieron haber sido evitadas.

Es verdad, como se ha dicho, que alguna gente, insólitamente, consideró que la cuarentena como fórmula preventiva cayó en desuso, pese a que las evidencias vienen marcando la absoluta necesidad de tomar precauciones. Resulta, por cierto, inexplicable que hayan tenido que realizarse megaoperativos en cervercerías de la zona, con decenas de personas demoradas que participaban de esos encuentros masivos.

Asimismo, menudean en distintos barrios los fines de semana reuniones con la presencia de diez o más personas, que se encuentran prohibidas en la actualidad.

No se trata aquí de coartar salidas, de poder salir a realizar compras y en esos casos cumpliendo con los resguardos establecidos, sino de señalar que organizar torneos de fútbol, incluso con presencia de espectadores, o participar de fiestas clandestinas constituyen actos de irresponsabilidad manifiesta.

Tampoco es hora de infundir temores en la población, pero sí de convocar a la prudencia. El sistema de salud pública se encuentra exigido como nunca antes y es preocupante el tema del porcentaje de camas críticas ocupadas en los hospitales públicos, mientras que sector sanitario privado enfrenta una demanda creciente de atención ante el crecimiento del número de contagios.

Todo indica ahora que la pandemia ha iniciado su embate más fuerte en nuestro país. Mientras en muchos países del mundo parece haber pasado lo peor del coronavirus, la Argentina está atravesando su momento más crítico. Y eso se ve reflejado en los números: ingresó en el ranking de los diez países con más muertes diarias. Tal como se informó, el ranking es liderado por Estados Unidos y Brasil, dos países que siguen registrando marcas diarias muy altas, mientras que le siguen India, México, Sudáfrica, Colombia, Perú y Argentina. En el acumulado, en tanto, nuestro país aparece en el puesto 25, con una tasa de letalidad que sigue siendo relativamente baja. En cuanto a los casos, la Argentina ya se ubica sexta en cantidad de casos diarios y 17 en el acumulado, muy cerca de superar a Italia (uno de los países europeos más afectados por la pandemia).

Debe insistirse en que, mientras no haya una vacuna contra el COVID-19, el sistema de salud deberá enfrentar el desafío con el talento y el esfuerzo de sus integrantes, que deben contar con el máximo respaldo del Estado. Pero todo ese despliegue será insuficiente si la población no cumple con su parte, respetando en forma rigurosa y sin excepciones los protocolos de prevención.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE