Se debe evitar el colapso en las salas de terapia de la Región

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La mayor ocupación de camas de terapia intensiva en los hospitales públicos y privados de la Región -en La Plata ese nivel supera el 60 por ciento; en Berisso el registro es mucho peor, con un 90 por ciento y en Ensenada tiene un 56,6 por ciento- todo ello como resultado del constante incremento de casos positivos de COVID-19, no sólo conforman datos de una realidad muy preocupante, sino que debieran inducir a las autoridades sanitarias y a la población a la adopción de medidas y de actitudes sociales destinadas a revertir esta tendencia.

Los datos emitidos en las últimas jornadas por el ministerio de Salud provincial se vieron correspondidos por un informe realizado por este diario, revelador de que en las clínicas y sanatorios privados hay varios de ellos que ya se acercan a niveles muy críticos de ocupación de camas en las salas de cuidados intensivos.

Lo concreto es que los porcentajes difundidos por la cartera de Salud preocupan, pero no sorprenden: tal como se dijo, el crecimiento de casos positivos alteró de manera sustancial la capacidad hospitalaria de nuestra región que, hasta hace pocas semanas, se presentaba como una de las menos problemáticas en la zona metropolitana.

Al analizarse en esta columna la reciente vuelta a la fase 3 de la cuarentena, que previó la apertura de nuevas actividades hasta entonces impedidas por las restricciones vigentes, se aludió al aporte decisivo que debe prestar la gente para encarar las nuevas etapas.

En los esquemas de graduales avances que puedan impulsarse, es decisiva la actitud responsable que guarden las personas, en el sentido de respetar los parámetros sanitarios que se fijen.

El uso del barbijo, la preservación del distanciamiento, el no participar de reuniones que concentren público, forman parte de esos verdaderos deberes cívicos, que todos debieran respetar a ultranza.

Se sabe que, lamentablemente, hay gente que aún no lo ha entendido así y que transgrede las normas sanitarias, en situaciones que, lamentablemente, originan luego verdaderas cadenas de contagio.

Salir de la cuarentena demanda de cada habitante responsabilidad individual y, del lado del Estado, una intensificación de los esfuerzos de los sistemas de salud.

La importancia de esta nueva etapa de lucha contra la pandemia reside en que debiera permitir darle tiempo a los investigadores y laboratorios, para hallar una vacuna contra el COVID-19.

Asimismo, debieran analizarse y, en su caso, acelerarse todas aquellas medidas de las que dispone el sistema sanitario para evitar el colapso de las salas de terapia.

Tal como se informó, una de las clínicas platenses comunicó que desde la próxima semana sólo realizará cirugías de urgencia, para permitir la existencia de camas disponibles ante el incremento de la internación por COVID-19 en estos últimos días.

Está cada vez más claro que salir de la pandemia demandará de cada habitante una muy alta cuota de responsabilidad individual y, del lado del sistema sanitario, una intensificación de los esfuerzos que vienen desplegándose desde hace más de cinco meses. Se sabe que en varios países en los que se liberaron actividades por cuando había disminuido el número de contagios, se registraron sin embargo rebrotes.

En cuando al problema visto en su integralidad, los esfuerzos debieran estar también encaminados a evitar nuevos cierres de la actividad económica.

Por su parte, y sobre la base de un mayor acatamiento de la población a las pautas sanitarias básicas, que son trascendentales para la prevención, los organismos de salud deben proyectar e impulsar en estas jornadas respuestas capaces para evitar un eventual colapso en las salas de terapia.

 

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