Bayern Münich volvió a ser un tanque y se quedó con la Champions League

Con un gol convertido por el francés Kingsley Coman, conectando de cabeza un centro cruzado desde la derecha cuando se cumplía el minuto 13 del segundo tiempo, Bayern Münich venció 1-0 al Paris Saint Germain (PSG), y se consagró campeón de la Champions League en la apasionante final de una atípica edición del torneo más significativo de Europa a nivel clubes, que esta temporada sufrió un largo receso y en la última etapa se trasladó a Lisboa, Portugal, como única sede, debido a la pandemia de coronavirus.

El partido fue intenso y entretenido, de punta a punta, con un marcado equilibrio a lo largo de la etapa inicial y una superioridad del conjunto alemán en el segundo tiempo, que incluyó el gol que terminó definiendo el certamen. El brasileño Neymar, el polaco Robert Lewandowski, por dos, y el argentino Ángel Di María, protagonizaron los ataques de mayor riesgo a lo largo del primer capítulo, que no quebraron la paridad inicial por la buena respuesta de los arqueros Manuel Neuer y el costarricense Keylor Navas, un palo y la mala puntería del argentino, que llegó por la derecha. El juego fue entretenido, verdaderamente, y si bien el PSG pareció desbordado en los minutos iniciales, recompuso su imagen y quedó a la altura del gran favorito.

Esta finalísima, de la que además de Di María, también participó Leandro Paredes, otro argentino titular en el conjunto francés, y Mauro Icardi, desplazado a la nómina de suplentes, tuvo como epicentro el estadio Da Luz, del Benfica, en Lisboa, con el arbitraje del italiano Daniele Orsato, quien anteriormente había dirigido otros ocho partidos en la presente edición del certamen, y aunque sin público en las tribunas, los fanáticos siguieron el trámite como pudieron. Simpatizantes, en su mayoría del PSG, se agruparon en las afueras del estadio para alentar a sus equipos, y recibieron con aplausos a las delegaciones cuando llegaron al lugar; mientras que una multitud de hinchas identificados con el conjunto francés se juntó en el Parque de los Príncipes para seguir la final en pantalla gigante sin importar los riesgos de contagio de Covid-19 y los seguidores del Bayern se volcaron a las calles ni bien finalizado el encuentro. Esta definición de la Champions League fue la segunda de la historia entre alemanes y franceses, porque el único antecedente se remontaba a la temporada 1975-76, cuando en Glasgow, Escocia, el propio Bayern Münich le ganó la definición 1-0 a Saint Etienne, donde jugaba el argentino Osvaldo Piazza. Fue la tercera corona consecutiva para el equipo alemán, luego de ganar también la de 73-74 (al Atlético de Madrid), y la de 74-75 (a Leeds, hoy equipo de Marcelo Bielsa).

Notable expectativa provocó, y no decepcionó, esta gran final a cargo de formaciones con una enorme capacidad táctico-técnica en sus jugadores, que en su gran mayoría se encuentran en la plenitud de sus carreras, aunque con medios diferentes para alcanzar la gloria.

El PSG, liderado por el brasileño Neymar, llegó por primera vez a la final de la Champions y buscó un inédito título ante el poderoso Bayern que jugó su undécima definición, de las cuales ganó seis: 1974, 1975, 1976, 2001, 2013 y esta 2020. Los dos fueron, además, por la triple corona ya que dominaron por completo las competencias locales.

La campaña del Bayern fue verdaderamente impresionante en este certamen que se completó en la víspera, ya que ganó todos los partidos que jugó, con 43 goles a favor y ocho en contra, siendo el primero en ganar sus primeros 10 encuentros en una Champions. Además, se convirtió en el primer campeón invicto desde el Manchester United inglés en la edición 2007/08. El equipo dirigido por Hans-Dieter Flick, mostró jugadores de magnífico nivel como el arquero Manuel Neuer, los zagueros Jerome Boateng, David Alaba, el defensor canadiense Alphonso Davies y los delanteros Serge Gnabry y Thomas Muller, pero sin dudas el goleador polaco Robert Lewandowski ha sido la figura excluyente de los teutones.