Hamilton se quedó con el GP de Bélgica, mientras que Ferrari profundizó su papelón

El campeón dejó en claro su gran presente, volvió a festejar y acecha el récord de Schumacher. Ferrari, en tanto, sigue sin rumbo

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Lewis Hamilton (Mercedes), séxtuple campeón del mundo, reforzó su liderato total en el Mundial de Fórmula Uno con un sensacional triunfo en el Gran Premio de Bélgica, el cuarto que logra en Spa-Francorchamps. Allí, el británico firmó su quinta victoria del año, que lo acerca cada vez más a un séptimo título que igualaría el récord histórico de Michael Schumacher.

Hamilton, de 35 años, logró su octogésima novena victoria en la categoría reina, que lo deja a sólo dos de la otra gran plusmarca histórica del “Kaiser”. En la mítica pista belga, esta vez por delante de su compañero Valtteri Bottas y del holandés Max Verstappen (Red Bull), tercero en una carrera en la que el español Carlos Sainz, que hubiese arrancado séptimo, no tomó la salida a causa de un problema en el motor de su McLaren.

El astro inglés, que el sábado había elevado a 93 su propia plusmarca de “poles” pulverizando el récord del circuito, se anotó otro éxito que hubiese sido épico si no fuera porque en el último de los 44 giros a la pista más larga del Mundial (de 7.004 metros), el australiano Daniel Ricciardo (Renault) firmó la vuelta rápida.

De no haber sido así, Hamilton, que lideró la carrera de principio a fin, y que en ese momento era poseedor del giro más veloz del día, hubiese sumado su séptimo “Grand Slam” desde que pilota en la Fórmula 1. No pudo ser, pero el británico entrará en Monza, que el próximo fin de semana albergará el GP de Italia, con 47 puntos de ventaja sobre Verstappen; y con medio centenar respecto a su lugarteniente en la escudería de Brackley.

La jornada comenzó con el ya habitual minuto de silencio en contra del racismo y con otro, más emotivo aún, en recuerdo del francés Anthoine Hubert, fallecido el año pasado en esta pista, al accidentarse durante la prueba de F2. El galo chocó contra el ecuatoriano-estadounidense Juan Manuel Correa, convaleciente aún de sus lesiones en las piernas, pero que no se quiso perder el homenaje al galo y, al igual que la familia de éste, estuvo presente en Spa.

Al mismo tiempo, se supo que Sainz -cuya mala suerte se prolonga esta temporada- no podría tomar la salida. Todo se debió a un problema en los escapes del McLaren, que finalmente resultó ser producto de un fallo del motor, según dejó entrever, primero, el piloto; y que admitió más tarde su jefe de equipo, Andreas Seidl.

FERRARI Y OTRO PAPELÓN

La escudería más laureada de la competencia se encuentra lejos de los años mozos. Y es que, dentro de un fin de semana para el olvido, el GP de Bélgica no resultó la excepción.

Los coches rojos deambularon como alma en pena desde el viernes mismo y se fueron de la fecha sin puntos: el alemán Sebastian Vettel -cuádruple campeón del mundo (2010-13, Red Bull)- fue decimotercero, mientras que su colega, el monegasco Charles Leclerc, acabó un puesto por detrás, es decir, decimocuarto.

Así, Leclerc terminó cediendo el cuarto lugar del Mundial al tailandés Alexander Albon (Red Bull), sexto este domingo; y la “Scuderia” llegará a Monza, auténtico santuario de Ferrari, como quinta en el campeonato de constructores.

Pese a esto, y tal como suele decirse, “no hay mal que por bien no venga”.

Y es que, con realmente pocas perspectivas de una mejora sustancial en lo inmediato, al equipo de Maranello no le viene nada mal que, debido a la pandemia, se corra a puerta cerrada.

Sería terrible un nuevo ridículo (otro más dentro de un año para el olvido), pero esta vez ante su pasional afición.

 

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