Para Paul McCartney, Las Vegas es un “cementerio de elefantes”

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Las Vegas, ciudad del lujo y del artificio, también hogar de los hoteles más despampanantes que, para atraer clientes, contrata a las grandes estrellas del mundo musical para que hagan temporadas enteras en sus salones. Han pasado por allí desde Britney Spears a Celine Dion, desde Ricky Martin a Luis Miguel, pero no se sumará a ellos el nombre de Paul McCartney, para quien visitar la ciudad en el medio del desierto equivale a una condena a muerte artística.

Así lo lanzó, sin pelos en la lengua, el legendario ex Beatle, quien rechazó la posibilidad de ser protagonista de un ciclo de conciertos permanentes en Las Vegas por considerarlo “un cementerio de elefantes”.

“Es algo que he tratado de evitar toda mi vida. Definitivamente nada me atrae de la idea. Las Vegas es donde vas a morir, ¿no? Es el cementerio de los elefantes”, dijo Paul en una extensa entrevista a la revista especializada British GQ.

Los ciclos conocidos como “residencia” son una serie de presentaciones que se llevan a cabo en alguno de los tantos recintos de la ciudad estadounidense, de manera regular, durante una o más temporadas.

Aunque ha quedado en la memoria el protagonizado en los ‘70 por un Elvis Presley en decadencia, figuras como Elton John y Rod Stewart, entre otros, han realizado residencias que les dejaron millonarias ganancias. De hecho, cuando un gran artista cae en desgracia, una de las habituales soluciones es enviarlo a Las Vegas, donde su nombre convoca y puede restablecer su fortuna sin tener que armar giras cuyas entradas no sabe si podrá vender.

Claro, este no es el caso de Paul, quien en la extensa entrevista, entre otras cuestiones, echó por tierra una vez más algunos mitos en torno a la separación de los Beatles, McCartney fue consultado sobre una posible incursión en Las Vegas, un espacio reservado para artistas de larga trayectoria.

Acostumbrado a las largas y exitosas giras, con conciertos multitudinarios y grandes producciones, el artista consideró una suerte de “retiro” a este tipo de espectáculos en Las Vegas, que por lo general sólo apuntan a tocar alguna fibra nostálgica. Lo bueno del asunto: Paul seguirá entonces dando vueltas al mundo con su música.

 

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