Un animal que está en serio peligro de extinción

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Se conocen como cebra a tres especies del género Equus propias de África, la quagga, la cebra de montaña y la cebra de Grevy, cuya característica más distintiva es su coloración a base de rayas negras sobre un fondo blanco.

Los humanos han tenido un gran impacto sobre las poblaciones de cebras desde el siglo XIX, ya que son cazadas principalmente por su piel. La quagga, una subespecie de la cebra común, se extinguió antes de acabar el siglo XIX, mientras que la cebra de montaña fue cazada casi hasta la extinción, como que en la década del 1930 ya quedaban menos de cien ejemplares. Desde entonces, la población ha crecido hasta aproximadamente setecientos individuos, gracias al esfuerzo para conservar la subespecie. Actualmente, las subespecies de la cebra de montaña están protegidas en parques nacionales, pero todavía se encuentran en peligro.

Pero la cebra de Grevy también está en peligro. La caza y la competición por parte del ganado han reducido drásticamente su población. Debido al reducido tamaño de ejemplares, y a peligros ambientales como las sequías, puede fácilmente afectarse a la especie entera.

La cebra de Grévy, también conocida como cebra Real, por ser una de las especies de cebras más formidables y robustas que existen, fue recientemente declarada como una especie en peligro de extinción por la UICN.

Según estudios realizados en el hábitat natural de la cebra de Grévy, antiguamente existía al menos una población de unos 15.000 ejemplares, el cual se redujo entre 1950 y 1960 en un 50%. En la actualidad, su población se ha estabilizado en torno a los 1900 individuos adultos, aunque sigue declarada en peligro de extinción.

La caza ilegal de este animal por el comercio de su preciada piel ha jugado un papel fundamental para la reducción de su población, por lo que distintos grupos conservacionistas vienen realizando esfuerzos para contrarrestar su caza.

Sin embargo, la cebra de Grévy no solo ha tenido que luchar contra los humanos. Otros dos peligros la amenazan, la reducción de sus hábitats naturales y los ataques de parásitos, los cuales han diezmado su población.

 

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