Una película en medio de una batalla judicial

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Los herederos de Arthur Conan Doyle quieren exprimir las últimas gotas de la herencia del autor de Sherlock Holmes, y es por eso que aunque casi todas las historias del detective se encuentran ya en el dominio público, y aunque Enola Holmes no fue creada por Conan Doyle, no dudaron en demandar a la plataforma por infracción de copyright y violación de marcas registradas.

Es un lío: la demanda afirma que, a pesar de que la mayoría de los cuentos originales de Sherlock Holmes anteriores a 1923 se consideraron de dominio público, las últimas 10 historias del novelista sobre el personaje, publicadas entre 1923 y 1927, no lo son.

Los demandantes también han alegado que existen diferencias significativas entre la versión inicial del personaje y la que aparece en Enola Holmes.

“Cuando Conan Doyle volvió a trabajar con Holmes en esas historias que poseen derechos de autor entre 1923 y 1927, ya no era suficiente que el personaje de Holmes fuera la mente racional y analítica más brillante. Holmes necesitaba ser humano, necesario para desarrollar una conexión humana y empatía”, explican.

Es aquí donde comienza el conflicto con Netflix, ya que el documento alega que el uso de estos elementos de esas historias posteriores de Sherlock Holmes constituye “una infracción deliberada y continua de los derechos de autor”.

La causa continúa, y muchos sospechan que la familia, lo único que quiere, es sacarle un puñado de dólares al gigante de streaming. Esta historia continuará....

 

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