Recordar el pasado, construir el futuro: Rucci, el homenaje que algunos no quieren hacer

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Roberto Raúl Costa

Pres. bloque de Senadores de JxC

Noviembre de 1972. La imagen de Rucci, por entonces secretario general de la CGT, protegiendo con un paragüas a Perón (recién llegado del exilio) fue el retrato de una época. El regreso de una figura política central, la expectativa por los destinos del país y el rol de la dirigencia sindical hablaban de la voluntad de diálogo para hacer grande la Argentina. Pero algunos tenían otros planes.

El 23 de septiembre de 1973 Perón gana las elecciones por el 62 por ciento de los votos, dos días después la organización subversiva Montoneros asesinó al dirigente sindical. Aquel mediodía, en el barrio porteño de Flores, una balacera salvaje silenció la vida de una persona leal a sus convicciones. Hoy, a casi medio siglo de la barbarie se pretende silenciar, a base de prepotencia y destrato, el sentido recuerdo que merece un defensor de los derechos del trabajador. Una prepotencia propia de quienes se sienten incómodos con el debate y prefieren hacer las cosas de prepo; que no toleran el disenso y la construcción de consensos.

Al parecer, en pleno siglo veintiuno, hay grupos que poco saben de diálogo y pretenden borrar parte de nuestra historia; buscan sepultar con silencio e indiferencia la memoria de un referente del movimiento obrero que fue aniquilado por la cobarde munición del odio. Es inaudito que un órgano de la democracia, como es la Cámara de Diputados bonaerense, le niegue el homenaje a una víctima de la violencia setentista.

Resulta absurdo que la negativa sea sostenida por algunos diputados del oficialismo que obturan la iniciativa legislativa de Juntos por el Cambio (JxC) para rendir el homenaje. Es curioso que autoridades parlamentarias y legisladores, con una maniobra artera, impidan darle curso a la propuesta de conmemoración de José Ignacio Rucci. Pues, los homenajes ni se niegan ni se discuten, cada legislador adhiere o no al mismo.

Es alarmante que, ese mismo espacio que reivindica la figura de ciertos referentes del peronismo de los ´70, reniegue de la memoria de una víctima de violentos antidemocráticos que actuaron camuflados dentro del peronismo. A esta altura, más que Frente de Todos, podríamos hablar de Frente de Algunos.

Es preocupante y confuso que insistan con renegar de una parte sustancial de la historia del peronismo, más teniendo en cuenta que fue el propio Perón quien se encargó de expulsar a los violentos “imberbes”. A la vez genera desconcierto que quienes se embanderan bajo el estandarte de Frente de Todos, se nieguen rendir homenaje a un referente de los trabajadores.

Se torna inconcebible que, con acciones propias del autoritarismo, cercenen el derecho de peronistas, radicales, de integrantes de JxC y de cualquier otra fuerza a votar en el ámbito legislativo la conmemoración y el recuerdo del referente sindical.

A 47 años de aquel acto cruel y fríamente planificado, no podemos dejar pasar este atropello a la memoria de Rucci. Es inconcebible el destrato al dolor que desde entonces acompaña a su familia.

Seamos contundentes, ese 25 de septiembre de 1973 no se cometió un atentado contra una persona. Fue un atentado contra el país, contra un gobierno elegido por el voto popular dos días antes. Fue un asesinato que envió un mensaje de autoritarismo y muerte a toda la Argentina. Fue un acto cobarde de quienes creían que la república debía construirse a base de sangre y fuego.

No podemos tolerar que la mezquindad, la desmemoria y la tozudez extiendan un manto de silencio para sofocar el derecho de todos a recordar a una víctima del fanatismo antidemocrático.

“A 47 años de aquel acto cruel y fríamente planificado, no podemos dejar pasar este atropello a la memoria de Rucci

 

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