Matan al sospechoso de asesinar a un seguidor de Trump

Michael Forest Reinoehl era buscado por el crimen del líder de un grupo de extrema derecha, que fue baleado en Portland en una caravana de simpatizantes del presidente

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PORTLAND

El Gobierno de Estados Unidos confirmó la detención seguida de muerte del sospechoso de asesinar a un simpatizante del presidente Donald Trump en una noche de protestas y disturbios en Portland.

Michael Forest Reinoehl, de 48 años, era buscado como principal sospechoso de la muerte del líder de 39 años de un grupo de extrema derecha Aaron Danielson, quien fue baleado en el pecho el sábado pasado cuando recorría el centro de Portland junto a una caravana de simpatizantes de Trump.

“La ubicación de Reinoehl -un fugitivo peligroso, un miembro confeso de Antifa (nombre que agrupa a organizaciones antifacistas) y sospechoso de asesinato- es un logro significativo en los esfuerzos actuales para restaurar la ley el orden en Portland y otras ciudades”, aseguró el secretario de Justicia, William Barr, en un comunicado.

“MÁS SEGUROS SIN ESTE AGITADOR”

“Las calles de nuestras ciudades están más seguras sin este agitador violento y las acciones que llevaron a su ubicación son una prueba indiscutible de que Estados Unidos será gobernado por la ley y no por turbas violentas”, agregó el funcionario.

Tras 100 noches consecutivas de protestas, y en muchos casos con disturbios, Portland se convirtió en el símbolo de la escalada de violencia política que vive Estados Unidos en la recta final de su campaña presidencial.

Todo comenzó con la bronca y las protestas que provocaron los constantes casos de brutalidad y racismo policial y la falta -en la mayoría de ellos- de una respuesta institucional apropiada.

Como en ninguna otra ciudad, las protestas se mezclaron durante tres meses seguidos con disturbios, incendios, enfrentamientos con la Policía y, finalmente, con una caravana de simpatizantes de Trump que decidieron viajar al punto más caliente de las manifestaciones antirracistas, luego de que la campaña del presidente y su partido, el Republicano, hicieran repetidos llamados a “recuperar la ley y el orden” en el país.

La gobernadora de Oregon, Kate Brown, y otros dirigentes demócratas del estado y de la ciudad de Portland pidieron el fin de las protestas y la violencia.

Sin embargo, la viralización todas las semanas de nuevos videos de otros casos de brutalidad y racismo policial, y el discurso cada vez más confrontativo del Gobierno hacen difícil imaginar una desescalada.

La Policía de la ciudad de Washington difundió ayer imágenes de la persecución y posterior abatimiento a tiros de un adolescente negro de 16 años, pese a que testigos sostienen que ya había tirado al suelo su arma.

En paralelo, esta semana, Trump viajó, en contra de los pedidos del gobernador y el alcalde -ambos demócratas- a la ciudad de Kenosha, donde un joven negro desarmado fue acribillado por la policía con siete tiros en la espalda frente a su familia.

En su visita, el mandatario ratificó su apoyo a las policías de todo el país y se reunió y solidarizó con los propietarios blancos de un negocio que se destruyó en una de las noches de protestas y disturbios.

¿Críticas a soldados muertos?

Por otro lado, la campaña presidencial en EE UU sumó un nuevo escándalo Trump, como protagonista: la revista The Atlantic lo acusó de tratar a los soldados norteamericanos muertos en la Primera Guerra Mundial como “perdedores” y “tontos”.

Según la publicación, en 2018, durante un viaje a Francia, Trump se negó a visitar el cementerio donde yacen los restos de los soldados fallecidos en una batalla del Bosque de Belleau porque, habría dicho, “está lleno de perdedores”. Oficialmente, la Casa Blanca informó en ese momento que la visita al cementerio se canceló por la lluvia.

The Atlantic, además, publicó que, ese mismo año a puertas cerradas, Trump se quejó con sus asesores por la decisión de bajar la bandera de la Casa Blanca a media asta tras la muerte del senador John McCain, un republicano reconocido por todo el espectro político estadounidense como un héroe de la guerra de Vietnam, tras pasar más de cinco años como prisionero de guerra.

“No vamos a apoyar el funeral de ese perdedor”, habría dicho el mandatario a sus asesores con respecto a quien fue uno de sus mayores críticos dentro de su partido.

McCain fue capturado cuando su avión fue derribado. Tenía ambos brazos y piernas fracturados y no lo logró recuperarse correctamente durante los años de torturas y condiciones muy precarias de su detención.

Trump negó inmediatamente todo. “Estaría dispuesto a jurar por lo que sea que nunca dije eso de nuestros héroes fallecidos; no hay nadie que los respete más”, sentenció.

En Twitter, también rechazó las acusaciones sobre McCain.

“Nunca fui un gran fanático de John McCain, no estábamos de acuerdo en muchas cosas, incluyendo sus ridículas guerras eternas y su falta de éxito con el Departamento de Asuntos de Veteranos, pero bajar la bandera nacional y ofrecer un funeral de primera clase fueron dos cosas aprobadas por mí, sin dudas ni quejas”, escribió el mandatario. “Además, nunca llamé perdedor a John”, agregó.

Sin embargo, existen grabaciones, entre ellas del canal de noticias estatal C-Span, en que se lo ve en 2015, cuando se lanzó por primera vez a la carrera presidencial, criticando con esas mismas palabras a McCain en una entrevista durante la Cumbre del Liderazgo Familiar en Iowa.

“Él (por McCain) perdió, nos defraudó; no me gustó mucho después de eso porque no me gustan los perdedores”, aseguró el entonces candidato y cuando el periodista le advirtió que el senador era considerado un héroe de guerra, él agregó: “Es un héroe de guerra porque lo capturaron. Me gustan las personas que no fueron capturadas”.

 

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