Se quería ir por las buenas, lo obligaron a quedarse por las malas
Edición Impresa | 6 de Septiembre de 2020 | 05:13

Por EDUARDO TUCCI
Que Messi quería irse no queda ninguna duda. El famoso burofax que paralizó al deporte mundial decía todo lo que sentía y quería hacer realidad el futbolista. Pero quería dejar el club sin conflictos, por las buenas. Y todo lleva a pensar que una frase de Bartomeu en medio de la refriega fue lo que hizo reconsiderar la decisiónr a la Pulga.
Entre el martes 25 y el miércoles 2 pasaron ocho días de tensiones, filtraciones mediáticas, reuniones de abogados además de surgir presiones de todos lados. Pero queda la sensación que hubo un encuentro que cambió la historia: la famosa reunión de Jorge Messi con el presidente del club azulgrana cara a cara fue el escenario de las palabras que cambiaron la historia.
El dirigente ofreció renovar el contrato del rosarino o que siga un año para cubrir el compromiso firmado. Jorge Messi le contestó tajante que Barcelona para su hijo era una etapa cerrada. A ese cruce le siguieron aspectos puntuales que fueron desarrollando los abogados y una intervención de Bartomeu que terminó resultando clave. Sin inmutarse, el cuestionado mandamás “culé” tiró sobre la mesa: “Si Leo se va, todo acabará en un juicio”. Esa fue la frase que cambió la historia.
Y si bien los abogados de Messi dejaban entrever en las crónicas periodísticas que tenían las de ganar en la Justicia, el “10” y su grupo más íntimo habrían coincidido que ese no era el camino más adecuado para irse dela entidad que lo había cobijado por más de 20 años.
Bartomeu aprovechó cada oportunidad en las horas posteriores para reiterar que serían nulas las posibilidades de bajarle el telón a la crisis por las buenas remarcando que el camino del juicio era el que iba a recorrer el club. Así empezaron a diluirse las posibilidades de ver a Lio en el Manchester City de Guardiola o compartir la delantera del PSG con Neymar.
Incluso los clubes que se habían anotado en la carrera para llevarse al astro argentino empezaron a desparecer de la escena cuando empezaron a percibir los alcances que tendría una pelea legal.
El caso, mientras tanto, dejó flotando infinidad de dudas y la sensación de que está empezando otra historia no menos movida. Interrogantes que abarcan el interés por saber cómo será la convivencia entre el presidente del club y el jugador, el ida y vuelta con Koeman, que puede pasar si no se dan los resultados o la relación en un vestuario que anticipa muchas caras nuevas.
En ese escenario se moverá Messi hasta junio de 2021. Lo que pueda ocurrir después también forma parte de las especulaciones: en el horizonte aparecen una Liga que arranca en breve, una Champions que querrá ganar, una Copa del Rey y las elecciones en el club en marzo, con la salida segura de Bartomeu, que no puede ir por la reelección. Algo ha quedado en claro en todos estos días de encontronazos y definiciones picantes: el cariño de la gente hacia Lio nunca estuvo en duda. El del jugador con el club tampoco.
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