Necesidad de actuar contra el auge del transporte ilegal

Edición Impresa

Hace ya muchos años que el grave problema que plantea en la Ciudad el transporte ilegal de pasajeros no sólo no se resuelve, sino que se acentúa, en una realidad que ha sido común a muchas administraciones municipales. Las medidas dictadas, los múltiples y fugaces operativos realizados en las últimas décadas resultaron insuficiente . Y la situación volvió a cobrar vigencia ahora con la protesta y denuncia realizadas por remiseros platenses, que marcharon hasta el Palacio comunal para pedir que se vuelvan efectivos los controles dispuestos hacia esta actividad.

En la protesta realizada en estas jornadas por los remiseros para rechazar el transporte ilegal, abarcaron tanto a los remises que circulan sin habilitación como a las llamadas aplicaciones de viajes como Uber y Cabify, entre otros.

De todos modos, ya se ha dicho en varias ocasiones en esta columna que todo el sistema de transporte de pasajeros por automóvil y, también, los transportes escolares, reclaman una revisión integral por parte de la Comuna, dadas las numerosas ilegalidades existentes.

Además de aludir a las reglamentaciones que cumplen y a las distintas licencias y permisos que pagan, los remiseros sostuvieron que “lo más importante para la población es que nosotros circulamos con un seguro para transportados que, tal vez, los coches truchos pueden decir que los tienen. Pero la aseguradora no se hace cargo porque no cuentan con habilitación”.

Añadieron que el pasajero que circula en un vehículo no habilitado podrá verse desprotegido de toda cobertura, frente a cualquier eventualidad.

Consultados sobre el fenómeno, desde Sindicato Unión Conductores de Taxis de La Plata coincidieron en que “mucha gente se terminó de volcar al transporte ilegal por la situación económica” derivada también de la pandemia y si bien dijeron que “habría que ir más a fondo” consideraron que “Control Urbano hace muchos operativos”.

Está claro que en el caso de las remiserías –y también de los taxistas- que cumplen con todas las exigencias legales para funcionar, no pueden competir con los remises truchos, que desarrollan su actividad sin cumplir con los requisitos de habilitación exigibles a todo vehículo que quiera brindar el servicio de transporte de pasajeros. Lo hacen sin afrontar los voluminosos costos que asumen quienes actúan legalmente.

Asimismo, frente a los riesgos concretos que corren miles de personas, en forma cotidiana y muchas de ellas sin advertirlo, ya que al pasajero le resulta virtualmente imposible determinar si el vehículo que lo traslada está o no legalmente autorizado para ejercer la actividad, las autoridades deben extremar los controles que se realizan.

No sólo para proteger los derechos de los pasajeros, sino para impedir que se vean desnaturalizadas las leyes y el propio valor de la autoridad comunal. Desde luego que también debieran sopesarse detalladamente las eventuales derivaciones jurídicas, en casos de accidentes.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE