Hacen un boquete y se llevan $3 millones de un centro de pagos

El caso fue descubierto por el encargado del negocio, situado en 44 entre 187 y 188. Al abrir se topó con un agujero de unos 35 centímetros de lado, realizado desde un terreno aledaño

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Los vecinos aseguran que se trata de “un barrio tranquilo”, donde los robos son esporádicos. En ese sector de Lisandro Olmos, a diferencia de lo que ocurre con otras partes de la Ciudad, los motochorros no son noticia, tampoco las entraderas ni los arrebatos callejeros. “Hace años sufrimos un caso pero fue algo menor, y en el último tiempo no hemos escuchado de robos por esta zona”, indicó el frentista.

Además, agregó, “somos pocos por acá y nos hubiéramos enterado de cualquier hecho delictivo”.

Por ese motivo, el escruche millonario que tuvo lugar en la cuadra de 44 entre 187 y 188 llamó la atención en la vecindad.

La llegada de patrulleros y de los efectivos de la policía científica trabajando en la escena, brindaban un panorama inusual. El boquete en una de las paredes del local de la empresa “Rapipago” fue el protagonista principal entre los pocos curiosos que se acercaron a mirar.

Por esa abertura cuadrada de 35 centímetros por 35 centímetros, desconocidos ingresaron al comercio y huyeron con unos 3 millones de pesos en efectivo. Hasta el momento no hay testigos del atraco. Entre los moradores consultados por este diario, ninguno oyó “nada raro”. Por eso será crucial para la investigación las filmaciones de cámaras privadas y municipales.

El robo ocurrió por la madrugada de ayer. Aunque la hora exacta es incierta. Es que, antes de escapar, los delincuentes se hicieron con el grabador de vídeo digital (DVR, Digital Video Recorder o PVR, Personal Video Recorder, por sus siglas en inglés) del sistema de seguridad.

Los ladrones cortaron primero un alambrado perimetral de un terreno baldío que linda con el Rapipago. Después buscaron el espacio del muro que iban a romper, y tapados por un arbusto pusieron manos a la obra. Por algún motivo incierto, hicieron el agujero pegado a un toma corriente.

En tanto, en uno de los comercios ubicados frente al local que fue blanco del delito, señalaron que desde que finalizó una obra que se estaba ejecutando allí “no volvimos a ver movimiento en el terreno lindante”. En ese sentido, precisaron que “estaban haciendo unas bases y cuando terminaron retiraron un obrador móvil y no se vio a nadie más”.

Otro frentista, cuya vivienda se encuentra próxima al lugar del escruche, también hizo mención al obrador y manifestó que pese a la cercanía no advirtieron nada extraño: “No vi nada raro ni escuché nada raro. Esta mañana (por ayer), nos enteramos leyendo el diario que el local había sufrido un robo”.

Asimismo, sostuvo que “no habíamos visto movimiento desde hace como tres días cuando se llevaron un obrador móvil. En el baldío estaban haciendo una obra y se ve que la terminaron y se fueron”.

Los intrusos fueron al sector de las cajas y tomaron todo el efectivo que había. Revisaron algunos cajones, pero la suma obtenida parecía suficiente. Entonces, como se dijo, borraron toda prueba fílmica y fugaron en dirección desconocida.

El encargado de abrir por la mañana fue quien se encontró con la mala noticia. Apenas entró se topó con los restos de ladrillo y cemento diseminados en el piso, y con el boquete por el que entraba la luz solar. Enseguida dio aviso a la dueña y radicó la denuncia en la Policía. Según fuentes oficiales, los investigadores “están tras una pista” que podría llevar a los autores del hecho.

La causa fue caratulada como “robo calificado”, con intervención de la UFI Nº 5 a cargo del fiscal Juan Menucci.

devastada

Por otra parte, uno de los vecinos que habló con este diario en el barrio afirmó que “la chica (por la propietaria) está completamente devastada. A mí me dijo ‘estoy desahuciada’”, indicó.

“Nos llamó la atención este robo, porque se trata de un barrio tranquilo. Somos pocos y nos conocemos entre todos”

Comerciante del barrio

 

 

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