Firmes actitudes de los vecinos frente al flagelo de la inseguridad

Edición Impresa

Corresponde reiterar el concepto ya vertido en este diario de que no debe quedar barrio alguno de La Plata, tanto del casco urbano como de la periferia, cuyos vecinos no hayan realizado manifestaciones, marchas y asambleas destinadas a protestar por la inseguridad reinante, en algunos de cuyos encuentros –no en todos, como ocurrió recientemente en Gonnet- participaron jefes policiales, funcionarios del área y representantes comunales convocados por los mismos pobladores. En el caso de Gonnet, pese a que se cursaron invitaciones, no se hizo presente ningún servidor público, según se quejaron.

No hay duda ya de que estas reuniones –que se repiten desde hace muchos años y en períodos correspondientes a distintas turnos de Gobierno- estuvieron y están bien inspiradas, en el sentido de que quienes mejor conocen sus zonas aportan sugerencias, sin dejar de advertir que constituyen también un claro llamado de atención a las autoridades que no debiera ser desoído.

Tal como se informó en la edición de ayer, ahora son los vecinos de Gonnet, que se reunieron en el playón municipal de la delegación los que, afligidos por la ola delictiva, decidieron juntar firmas para elevar un petitorio a las autoridades, además de haber convenido elaborar un “mapa delictivo” que adjuntarán en los primeros días del mes próximo. En ese contexto se conoció que la organización Barrios Unidos que nuclea a distintas asambleas y grupos vecinales, se reunirán con el Intendente local para hacerlo partícipe de las inquietudes que origina el auge delincuencial en nuestra zona.

“Los robos no se detuvieron, al contrario, ahora tenemos más que antes”, dijeron desde esa agrupación que también está colectando firmas para elevar un reclamo al Gobernador bonaerense. Allí se le pide que se impulsen dos medidas que aparecen como prioritarias: “Cárceles que alberguen y recuperen a los reos a la sociedad y una policía mejor entrenada”.

Deben ser especialmente valoradas estas movilizaciones vecinales, en la medida en que sugieren la toma de medidas oficiales que puedan ser beneficiosas y, en modo alguno se las debería ver asimiladas a algunos desbordes, tales como la justicia por mano propia o cortar calles y alambrar zonas, que son las que pueden crear situaciones mucho más peligrosas, inconvenientes y, desde luego, ilegales.

Cabe señalar que, afortunadamente, en nuestra ciudad, salvo algunos episodios muy aislados, no se han registrado casos de esa naturaleza y que, por el contrario, la mayoría de las entidades representativas de la zona se han sumado a la actitud responsable de los vecinos, promoviéndose desde ellas la confección de recomendaciones y petitorios para reclamar más seguridad.

Lo que debe entenderse es que esas expresiones vecinales, como las que presentan en forma constante, no resultan intempestivas y que son, además, la traducción de un reclamo y un malestar muy extendidos en nuestra región. No en vano numerosos grupos vecinales se vienen moviendo espontáneamente ante la ola delictiva que los agobia. Constantemente se observa, además, una fuerte participación en reuniones barriales convocadas por esta problemática.

Tal como aquí se afirma siempre, no existen soluciones mágicas para un problema que sin dudas tiene una enorme complejidad. Como también se ha enfatizado aquí, no es sólo un problema exclusivo de la Policía, sino de todos los poderes públicos y también del conjunto de la sociedad.

Cabe esperar que así sea comprendido. Y que la responsable actitud de los vecinos platenses y todos aquellos petitorios que se colecten sirvan, en todo caso, como un nuevo llamado de atención sobre la imperiosa necesidad de redoblar esfuerzos y replantear estrategias en la lucha contra la inseguridad. Por lo pronto, se trata de un pedido ante el cual ninguna autoridad responsable puede mirar para otro lado.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE