Sin público ni descenso los DT la pasan mal

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Por EDUARDO TUCCI

deportes@eldia.com

Sin público en las canchas ni descensos en vigencia, nuestro fútbol acaba de consumar otro récord: en 18 meses, 35 directores técnicos debieron dejar sus puestos en equipos que forman parte del círculo superior de nuestro deporte más popular.

O sea que ha quedado absolutamente desvirtuado aquel argumento de que la duración de los adiestradores en sus cargos muchas veces está directamente relacionada a la presión de la gente o la necesidad de escaparle a la pérdida de categoría. Lo que sigue gobernando en las decisiones son la inmediatez absoluta, los tiempos los marcan los resultados y la histeria manda a la basura cualquier proyecto por más bien concebido que haya estado.

La Liga profesional no ha sido la excepción por más que se han dado situaciones como las apuntadas – tribunas vacías y ausencia de descensos en lo inmediato--, factores que en muchas otras oportunidades han sido utilizados para explicar salidas anticipadas.

Lo cierto, real y concreto es que la silla eléctrica que opera para los DT en nuestro fútbol no ha parado de funcionar con situaciones más que elocuentes como por ejemplo que en un mismo fin de semana dejaron sus puestos tres entrenadores. Se trata del oficio con más reclamos colectivos de renuncia, protagonistas de un “ándate” permanente que siempre termina victorioso sobre cualquier iniciativa que implique tiempo, paciencia y respaldo.

Tarea inestable si las hay, un informe sobre la duración de los adiestradores en el fútbol argentino, elaborado tiempo atrás por un canal deportivo, determinó que en los equipos de primera división, en promedio, un entrenador dura 45 partido en un equipo y se ha dado el caso en uno delos últimos campeonatos locales se fueron 13 DT en la misma cantidad de fechas.

“El entrenador —dice Ángel Cappa— es el más vulnerable. Y lo curioso es que no depende ni de su capacidad, ni de su trabajo, ni de lo que aporte en el mejoramiento de los jugadores. Sólo del resultado del próximo partido, cosa que no depende sólo de él sino de todo el grupo, aunque sea el principal responsable”, definición respaldada cabalmente por los hechos.

Mientras tanto, los entrenadores en el fútbol argentino siguen durando poco y siguen dejando cifras para el asombro cuando de inestabilidad laboral se trata. Aún en 2020, cuando no hubo actividad en más de medio año, se suprimieron los descensos y los puntos no incidieron para la pérdida de categoría, 16 directores técnicos perdieron sus puestos de trabajo en primera división.

Los entrenadores siempre existieron aunque durante mucho tiempo poco se conocía sobre los cambios en medio de un campeonato porque sus nombres no aparecían en las síntesis de los medios. Sólo después del llamado “Desastre de Suecia” (un tremendo fracaso de nuestro seleccionado en el mundial) comenzaron a ser publicados. Corría el año 1959 y 16 equipos participaron del torneo. Se jugaron 30 fechas y hasta la fecha 24 sólo seis equipos habían cambiado, mientras 10 quedaban en sus puestos, es decir un 63 por ciento. Indudablemente, en materia de estabilidad, la situación ha cambiado y bastante.

 

 

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