Escándalo diplomático por críticas de Bielsa al ganador de las presidenciales chilenas
Edición Impresa | 23 de Noviembre de 2021 | 03:34

Emiliano Russo
efrusso@eldia.com
Cuanto intentaba dejar atrás las polémicas de la diplomacia argentina al evitar condenar los abusos institucionales cometidos en países como Nicaragua, el Gobierno tuvo que hacer malabares para contener el escándalo internacional que provocaron las declaraciones del embajador en Santiago, Rafael Bielsa, que tildó al ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Chile de “antiargentino y xenófobo” y lo comparó con líderes “de derecha” como Donald Trump o Jair Bolsonaro, lo que provocó una dura respuesta de la cancillería trasandina y también críticas de la oposición.
Todo comenzó ayer por la mañana cuando el hermano del exentrenador de la Selección salió a cruzar a José Antonio Kast, el candidato presidencial de una alianza de ultraderecha que el pasado domingo obtuvo el 28,02 por ciento de los votos en los comicios del vecino país y el 19 de diciembre se enfrentará en un balotaje con el candidato del Frente Amplio de izquierda, Gabriel Boric, quien había cosechado un 25,5 por ciento de los sufragios en la primera vuelta (ver página 3).
Controversias
Lo cierto es que Bielsa, que venía de protagonizar otra polémica al referirse a la situación procesal del activista mapuche Jones Huala detenido en el país trasandino, sostuvo durante la víspera que “si uno toma como elemento de juicio las manifestaciones públicas, Kast ha exhibido su anti-argentinismo como una etiqueta más de las frases que pronuncia. Desde decirnos que hemos robado históricamente territorios, que tenemos que dejar de robar territorios a Chile, hasta todo tipo de expresión xenófobas contra los argentinos, que yo las tengo archivadas, registradas, leídas y estudiadas”; al tiempo que afirmó que “la de Kast es una derecha rupturista, pinochetista, que no teme decir su nombre” y que “se lo puede comparar con (Jair) Bolsonaro y (Donald) Trump”.
Las declaraciones del titular de la diplomatura argentina en Santiago provocaron una suerte de terremoto político en un Gobierno, que hace gala de la histórica doctrina de “no injerencia en asuntos de otros estados”, por lo que en la Casa Rosada intentaron salir a apaciguar la polémica. “Es una opinión personal. La Argentina no opina en medio de un proceso electoral que todavía está en desarrollo. Y somos vecinos principales y socios comerciales de Chile en una cantidad de temas con los que vamos a seguir trabajando con el gobierno que resulte electo”, explicó a este diario una calificada fuente que trabaja cerca de Alberto Fernández.
Pero el escándalo diplomático ya estaba desatado. La Cancillería chilena emitió un comunicado en el que condenó públicamente las manifestaciones de Bielsa al asegurar que “representan una intromisión inaceptable en los asuntos internos de Chile”.
Justamente, en el oficialismo intentaron sortear un escándalo que vulnere el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países que históricamente ha caracterizado a la diplomacia argentina.
Críticas desde la oposición
Pero el diputado Alfredo Cornejo, también titular de la UCR, puso el dedo en llaga al advertir que “cuando se denuncian las violaciones a los DD.HH en Venezuela o Nicaragua, el Gobierno no opina con la excusa de no intervenir en asuntos internos de otros países. Pero lo hace cuando un candidato no le gusta, caso Chile. Esto marca la improvisación en la política exterior”.
Más drástico resultó el exembajador argentino en China, Diego Guelar, que, a través de su cuenta de Twitter, disparó que “Bielsa debe ser inmediatamente cesanteado!!!! Es inconcebible que un embajador cuestione un proceso electoral impecablemente republicano y democrático”.
Para el diputado electo Ricardo López Murphy “el embajador que se dedica a defender terroristas como Jones Huala, ahora se entromete en el proceso democrático de un país hermano, en nombre de millones de argentinos. La política exterior del Presidente es una es una vergüenza”.
La controversia se produce, asimismo, luego que el ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, votara el pasado 12 de noviembre junto a la directiva de la OEA un documento que consideró que las recientes elecciones presidenciales en Nicaragua “no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática”, en lo que representa un giro en la postura oficial respecto al régimen de Daniel Ortega.
Esa definición dejó en offside al embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi, un dirigente del kirchnerismo duro que venía evitando acompañar las condenas internacionales contra los abusos institucionales perpetrados por los regímenes del país centroamericano y también de la Venezuela de Nicolás Maduro. Por eso, en las últimas horas trascendió que el Ejecutivo le pediría la renuncia, lo que fue desmentido ayer por la portavoz Gabriela Cerrutti.
En Cancillería, con todo, reivindican la postura “mas racional” del estado argentino en estos asuntos y validan que se logró recomponer el vínculo “Itamaraty”, la cancillería brasileña. Hay expectativas en que este acercamiento quede sellado en la visita que Alberto Fernández realizará el próximo 17 de diciembre a Brasilia para participar de la primera cumbre presidencial del Mercosur, de la post pandemia, con foto incluida con Bolsonaro.
“Bielsa debe ser inmediatamente cesanteado!!!!”, aseguró Diego Guelar
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