Angustia en el segundo juicio por el asesinato de Abril Bogado

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La Justicia penal de La Plata comenzó a ventilar ayer, por segunda vez, el crimen de Abril Bogado, la nena de 12 años que fue asesinada, en el 2017, de un tiro en la cabeza durante un robo, cuando volvía con su familia de una fiesta a su casa, en Ringuelet.

En el primer debate, cabe recordar, había sido condenado a 11 años de cárcel un menor de 17 años como partícipe del asalto. El polémico fallo, que despertó un rechazo en la familia de la víctima, fue recurrido al tribunal de Casación bonaerense, que finalmente le aumentó la pena a 20 años de prisión.

Ahora es el turno de José “Pepito” Echegaray, el mayor que habría sido quien efectuó aquel día el disparo que terminó con la vida de la menor, bajo los cargos de “homicidio criminis causae (el que mata para asegurar el resultado otro delito) en concurso real con robo calificado por el uso de arma de fuego, concurriendo materialmente con tentativa de robo calificado por el uso de arma de fuego, todos agravados por la participación de un menor de edad, en concurso real con portación de arma de guerra y resistencia a la autoridad”.

Este encuadre legal, en caso de probarse, lleva a un solo final: la prisión perpetua.

El juicio está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal V de La Plata, el Ministerio Público es representado por la fiscal de Juicio Helena de la Cruz Orsi, la familia de la víctima, como particular damnificado, por la doctora Romina Lelli Pervieux y el imputado cuenta con la defensa oficial de Juan Manuel Fernández Argento, que no cuestionará la autoría, pero sí la imputación que pesa sobre su asistido.

RECUERDO IMBORRABLE

Ayer, en la primera jornada de debate, que proseguirá hoy, declararon los padres y el abuelo de Abril.

Sus relatos, conmovedores, llenaron de dolor y angustia la sala de audiencias.

El recuerdo de una jornada oscura en sus vidas, los volvió a quebrar en llanto y, de a ratos, dificultó su declaración.

“De la desesperación no sabía qué hacer, saqué el teléfono de la cartera y llamé al 911, estábamos a los gritos pidiendo auxilio, activé la alarma vecinal y no salió nadie”, mencionó la mamá, Laura Puppo, y cerró con un grito desgarrador: “Me la mató”.

 

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