Hay 22 puestos ilegales en sólo tres cuadras de diagonal 80

La diagonal 80 se convirtió, sin dudas, en un lugar “tomado” por la venta ambulante, a tal punto que en solo tres cuadras, desde 47 hasta avenida 44, EL DIA contabilizó 22 manteros. La zona es una de las principales vías de entrada al microcentro platense, paso obligado de miles de personas que llegan a la Ciudad en tren o en micros , algo que resulta un imán para los vendedores de mercadería ilegal.

La “oferta”, de procedencia incomprobable, es de lo más variada: anteojos, gorros, camisetas deportivas, zapatillas, juguetes, medias, ropa interior, auriculares, películas en DVD, bijouterie, golosinas.

La cuadra de diagonal 80, entre 46 y 47, es la que se encuentra más colonizada por la venta ilegal, y ya dejó de ser ambulante porque muchos manteros tienen zonas fijas desde hace años.

En algunos tramos los vendedores están prácticamente pegados entre sí y despliegan la mercadería de tal manera que los ocupantes de autos estacionados se ven obligados a sortear una especie de posta de obstáculos para acceder a la vereda, literalmente un “pasillo”.

13 PUESTOS EN UNA CUADRA

Solamente entre 46 y 47 hay 13 puestos. Lo paradójico es que en la vía pública se ofrecen los mismos rubros que tienen los comerciantes habilitados, como es el caso de la ropa interior que se exhibe a metros de una lencería o las prendas deportivas que ocupan gran parte de la vereda de una tienda.

Cómo aseguró recientemente Martín Bizet, comerciante de calle 49 y de City Bell, la venta ambulante se sostiene por la masiva afluencia de personas y por tener cerca los centros de abastecimiento, dos ítems que resultan favorables en diagonal 80.

Entre las calles 46 y 45 suele haber dos puestos de venta ambulante: uno de ellos dedicado a la venta de auriculares y anteojos - también ubicado a metros de una conocida óptica de la Ciudad - y otro mantero vende muñecos de peluche y medias.

En la diagonal 80, desde 45 hasta 44, hay otros 7 puntos de venta ilegal. La mayoría exhibe ropa, pero también hay dos puestos con juguetes y otros con anteojos y bijouterie.

Esa cuadra cuenta con paradas de numerosas líneas de micros, algo que limita el espacio que necesitan los ambulantes para desplegar sus productos.

Además se observa que algunos comerciantes optaron por poner mesas y percheros en las veredas para impedir que los manteros puedan desembarcar.

“Esta cuadra es muy transitada, pero los ambulantes ocupan un espacio que no deberían y llaman la atención con su mercadería. Es una competencia para nosotros”, dijo la empleada de una tienda. Lo que agrava la situación es que la competencia es desleal, tal como remarcan distintos comerciantes.

Muchos peatones se tropiezan con carteras y mochilas apiladas sobre mantas cuando, a pocos metros, un comercio legalmente constituido exhibe productos de características similares, pero afronta el pago de impuestos, sueldos y alquiler. La postal se repite en otras áreas de la Ciudad.