“Quiero ver presos a todos los que se rieron de la muerte de mi hijo”

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La madre de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años asesinado de un disparo por un policía en la ciudad balnearia de Miramar, dijo ayer que hay otros cinco efectivos responsables de lo ocurrido porque fueron quienes iniciaron la persecución de su hijo.

“La Policía se me reía. Y a las 8 de la mañana levantaron al nene y supe quién le había disparado recién cuando llegó la fiscal” (Ana María Caro), aseguró Judit Aristegui, madre de Luciano (16), en una conferencia de prensa realizada en su casa de Miramar junto al abogado Gregorio Dalbon. Por eso, agregó: “Quiero ver presos a todos los que se rieron de la muerte de mi hijo”.

Dalbón, que representa ya a la familia de Lucas González (asesinado por policías de CABA), comenzó a representar a la de Luciano, viajó a Miramar, y afirmó: “No fue gatillo fácil sino fusilamiento, un asesinato a sangre fría”.

En la conferencia de prensa también estuvieron Cintia López y Mario “Peka” González, los padres de Lucas, asesinado el 17 de noviembre último en el barrio porteño de Barracas por policías de la Ciudad.

“La muerte de Luciano me rompió el corazón de nuevo. Lo único que quiero es Justicia. Sé de su dolor, sé que estamos muertas en vida. Yo me fui con mi hijo. No tengo más ganas de vivir ni de nada”, aseguró la mujer.

Por otro lado, un peritaje balístico realizado ayer en el Instituto de Ciencias Forenses de Mar del Plata, dependiente del Ministerio Público, sobre el arma perteneciente al policía Maximiliano González (25), detenido por el crimen, determinó que funcionaba correctamente, al tiempo que la vaina servida secuestrada en la escena del crimen se corresponde con la pistola Bersa 9 milímetros utilizada por él. Paralelamente, uno de los de los abogados de González, renunció ayer a ejercer la defensa del imputado por “motivos personales”.

Judit Aristegui declaró como testigo ante la fiscal de la causa, en los tribunales de Miramar; adonde también compareció Marcos y Cintia Aristegui, el padrastro y la tía de la víctima, respectivamente.

En su testimonial, la madre ratificó que cuando ella llegó al lugar del hecho la primera versión de lo ocurrido que le brindó la Policía fue la de un “accidente” y que luego de un tiempo prolongado vio que su hijo tenía un disparo. A su turno, Cintia Aristegui contó al retirarse de la fiscalía que ella declaró como testigo “con el fin de que se esclarezcan las cosas y se haga justicia”.

“Ya se sabe que el arma no presentaba ninguna falla y en todo caso lo tendría que haber denunciado ante sus superiores”, sostuvo la tía de la víctima, quien agregó que a raíz de lo sucedido con su sobrino están “más unidos que nunca”.

Por último, el padrastro de Luciano reclamó “que se haga justicia, no queremos que vaya preso él solo. Vamos por todos, no vamos por una sola persona”.

El jefe de asesores del Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, dijo ayer que “es una responsabilidad del Estado provincial formar de modo correcto a los policías”, no solo en el uso de armas sino en cuanto a perspectiva de derechos humanos, al referirse al asesinato de Luciano.

Sin embargo, el plomo que perforó la remera, el buzo, la campera que la víctima llevaba puestos, y que atravesó su cuerpo, no pudo ser localizado durante los rastrillajes llevados a cabo tras el hecho.

 

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