Alertan por el riesgo de ahogamientos de niños

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En vísperas de iniciarse la temporada de verano, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió una serie de recomendaciones para reducir el riesgo de ahogamientos, un tipo de accidente que en 2019 se cobró la vida 476 persona, 64 de las cuales fueron niños menores de 5 años, según cifras del Ministerio de Salud.

En línea con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la SAP aconseja instalar barreras para restringir el acceso a las masas de agua cercado de piletas y canteras, enseñar a los niños en edad escolar a nadar y capacitar a las personas del entorno en técnicas de resucitación cardiopulmonar (RCP), entre otras medidas.

El ahogamiento es una de las principales causas de muerte relacionada con lesiones no intencionales en la infancia y la adolescencia y la OMS lo considera “un problema de salud grave y desatendido” con características de pandemia, ya que mueren en el mundo por esta causa, aproximadamente 236.000 personas por año.

“Es fundamental que los adultos tomen medidas preventivas como la instalación de barreras de protección para evitar el acceso de los niños a los espacios de agua, la vigilancia permanente de al menos un adulto atento y comprometido, y la enseñanza del niño, de acuerdo a su edad y sus posibilidades de comprensión, sobre los riesgos y las precauciones que deben tomar, dijo la médica María Cecilia Rizzuti pediatra del Comité de Prevención de Lesiones de la SAP María Cecilia Rizzuti.

Su colega, la integrante del Comité de Emergencias de la SAP, Natalia Alejandra del Valle Romero, recordó por su parte la importancia de utilizar elementos de protección como chalecos salvavidas validados por las autoridades competentes, “desconfiando de aquellos recreativos que se venden en jugueterías, pero que no tienen por finalidad el cuidado del niño ante situaciones de emergencia acuática”.

La vulnerabilidad de los niños es diferente según la edad: los menores de 1 año dependen de sus cuidadores y pueden ahogarse muy rápido en baldes, tachos, zanjas, acequias o pozos, mientras que los menores de cinco años se ahogan en piletas o espacios con agua en o cerca de sus domicilios, y los niños mayores o adolescentes tienen más probabilidades de ahogarse en masas de agua naturales como ríos, arroyos, mares y lagos.

“La supervisión de los niños pequeños en el agua debe ser cercana, constante, competente y atenta por un adulto responsable”, alertaron desde la SAP.

 

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