Celebrar la vida: la emotiva recibida a un joven que se sobrepuso al COVID

Nicolás Bermond, de 14 años, estuvo un mes internado en el Ludovica y transitó diez días en terapia intensiva. La recuperación

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David Ayarde

dayarde@eldia.com

Un clima de plena emoción y felicidad fue el que se vivió el sábado a mediodía en el barrio de Parque Castelli cuando Nicolás Bermond, de 14 años, regresó a su casa tras librar una ardua lucha de vida o muerte contra el coronavirus que se extendió por casi un mes. Una pesadilla que comenzó el 5 de enero, por la cual transitó diez días en terapia intensiva, y que terminó anteayer, afortunadamente con final feliz, ya que contra todos los pronósticos Nicolás se recuperó y se reencontró con su familia. Su vecinos y seres queridos, incluso un tío que viajó desde Italia, lo recibieron con una gran demostración de afecto que incluyó globos, cornetas, sirenas, música y mucho amor.

BRAZO EN ALTO Y EMOCIÓN

De ese momento vivido en la puerta de su casa, en la cuadra de 66 entre 27 y 28, se desprende una postal inigualable: Nicolás bajando del auto, muy emocionado y llorando, con el brazo en alto de la mano de su tío recientemente llegado de Catanzaro -sur de Italia-. No era para menos. Ni bien ingresó al Ludovica, poco más de tres semanas antes, su salud se agravó y se debatió diez largos días entre la vida y la muerte.

Karina, tía del adolescente platense, contó que “empezó con fiebre y el 5 de enero lo internaron”. Y agregó que “como él es asmático, entonces tuvo dificultad para respirar. Lo internan de noche y al otro día a la mañana entró a terapia intensiva”. “Entró en estado crítico, tenía 300 pulsaciones por minuto. Y el parte fue devastador: tenía el pulmón blanco y se esperaba un milagro. Textual de los médicos”. Tras los primeros informes de los profesionales dijo que “empezamos a rezar mañana, tarde y noche. Todo el día esperando hasta el otro día. Estuvo muchos días boca abajo”.

Tras la seguidilla de días en estado crítico, el chico comenzó a manifestar los primeros signos de su recuperación. Karina recordó que “en la semana del 15 en adelante empezó a presentar mejorías. Era casi nada, muy, pero muy leve. Luego descubrieron que era hipertenso. Todo eso le jugó en contra. Después lograron ponerlo boca arriba. Cada cosita que iba pasando era positiva. Hasta que llegó la alegría. El 19 de enero le sacaron el respirador”.

REPUNTE Y ALIVIO

La tía de Nicolás rememoró el alivió de la familia tras su repunte. “Para nosotros fue la gloria. No se lo podía ver, ni acercarse. Totalmente aislado. Al otro día la dejaron entrar a mi hermana por primera vez. El con los ojitos cerrados. A los pocos días lo pasan a sala intermedia. Un alivió enorme. Empezó a cambiar todo. Le sacaron una medicación cuando estaba con el respirador (fue mucho tiempo). Empezó a responder bien, a mirar. Y empezó a avanzar. Estaba alimentado con sonda. Luego empezó a responder, él. Fue de no creer. Y al día siguiente empezó a decir palabras”, recordó.

Recuperada su salud, bastaba que le dieran el alta médica y todo indicaba que sería el lunes 1 de febrero. Pero para alegría de todos les comunicaron que el sábado a mediodía finalmente volvería a su casa con su familia.

“Fue todo una alegría inmensa. A la mañana. Casi 12.30 llegó a la casa. Los vecinos, la familia. Todos felices con cornetas. El está feliz, lloraba re emocionado. Lloraba en el auto cuando dio vuelta en el Parque Castelli. Le hicimos una bienvenida muy linda, todos los vecinos y familiares con globos, cartulinas, cornetas. Fue muy emocionante y ahora él está en su casa descansando y muy contento”, dijo Karina sobre la recibida que quedará en el recuerdo permanente de todos.

 

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