VIDEO Camino al cementerio, amigos de un delincuente muerto asaltaron una florería

Amigos de un "pibe chorro", tal como ellos mismos lo describieron  en las redes sociales, robaron en una florería que encontraron camino al cementerio donde iban a enterrarlo. El curioso episodio quedó filmado por cámaras de seguridad y ocurrió en Mar del Plata.Parte de la caravana de autos y motos que seguía el cortejo fúnebre de Octavio Sosa, un joven de 19 años que estaba preso en Batán a la espera del juicio por tentativa de homicidio. se detuvo 
Para honrar a su amigo fallecido, un joven que se suicidó en la cárcel de Batán al enterarse de la postergación de su juicio, sus amigos y allegados hicieron un breve escala con el cortejo fúnebre que acompañaba sus restos, y en cuestión de segundos, camino al cementerio, saquearon la florería Primavera, sobre la avenida Antártida Argentina, a poco de llegar al Cementerio Parque, en la zona sur de Mar del Plata. Las cámaras de seguridad muestran cuando un grupo de motoqueros avanza hacia el local e ingresan encapuchados y se alzan macetas, arreglos, ramos, lo que encuentran a mano, y retoman el camino. 

"Pibe chorro compañero y un amigo impresionante", lo despidió en las redes un amigo a Octavio Sosa estaba preso en Batán a la espera del juicio por el delito que le imputaban, tentativa de homicidio.

En una pelea, le había pegado un tiro en la pierna a un vecino. Tenía fecha para el 4 de febrero, pero por la pandemia de coronavirus el juicio se postergó; ya había sido postergado el año pasado. Hacía caso dos años que estaba detenido.

El muchacho se enteró en la cárcel, pidió un teléfono, escribió un mensaje de despedida para sus familiares y se quitó la vida en su celda del pabellón 8.

El velorio de Sosa ya había causado algunos problemas en el vecindario, lo que se tradujo en llamadas de vecinos a la comisaría 16°, por el ruido que metían las motos. "Nos volvieron locos toda la noche, las aceleraban y metían explosiones, parecía como un homenaje".

"Yo no sé, pero creo que esto ya es como un ritual. Cuando muere una persona con determinados entornos pasa esto. Me pasó desde el año 2005", dijo Guillermo a los medios de comunicación locales, el dueño de la florería que tiene 30 años en Mar del Plata.