Rindieron homenaje al médico que detectó los primeros casos de COVID
Edición Impresa | 7 de Febrero de 2021 | 02:06

El 30 de diciembre de 2019, Li Wenliang sacudió al grupo de WeChat (el WhatsApp chino) que comparte con ex compañeros de la escuela de medicina: siete pacientes de un mercado local de Wuhan habían sido diagnosticados con una enfermedad similar al SARS y puestos en cuarentena en su hospital.
Li les explicó que, según las pruebas que había visto, la enfermedad era un coronavirus, una gran familia de virus que incluye el síndrome respiratorio agudo severo (SARS).
El SARS trae los peores recuerdos en China. La pandemia de 2003 dejó cientos de muertos que el régimen intentó ocultar. Por eso, Li quiso alertar a sus amigos, les recomendó que utilizaran trajes protectores para evitar el contagio, pero al mismo tiempo les pidió que mantuvieran cautela con la difusión de la información.
Pero sucedió lo que suele ocurrir en China cuando comienza a trascender información que el régimen no quiere. El 3 de enero del año pasado, Li fue convocado a una estación de policía donde le presentaron una notificación en la que lo acusaban, junto a otros siete médicos que habían comenzado a alertar del nuevo virus, de “hacer comentarios falsos que perturban severamente el orden público”. La nota advertía que si continuaba con esa conducta sería llevado ante la Justicia. Li fue obligado a firmar al lado de la palabra “Entendido”, según Infobae.
Las autoridades chinas desestimaron las alertas de los médicos. En los primeros días de enero, seguían diciendo que sólo podían contraer el virus quienes tomaran contacto con animales infectados. Por eso, no hicieron mucho más que cerrar el mercado de Wuhan donde había comenzado todo. Ninguna otra medida de prevención ni protección para los médicos.
Contagio
El 10 de enero de 2020, Li fue a tratar a una mujer que sufría glaucoma. Lo que no sabía es que también estaba infectada por el nuevo tipo de coronavirus. Ese mismo día, Li comenzó a toser de una manera fuerte y persistente. Al día siguiente comenzó a tener fiebre. Un día más tarde, fue internado en el hospital. Al poco tiempo fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos.
Unas semanas más tarde, la historia de los “ocho chismosos” (como los llamaron en la prensa china) que se habían animado a hablar del virus cuando el régimen lo ocultaba, se había extendido por toda la región y la gente reclamaba su reivindicación.
El periódico estatal Beijing Youth Daily entrevistó a Li y el artículo se volvió viral. Fue censurado pocas horas después, pero el alboroto se mantuvo, según contó la CNN. La Corte Suprema de China criticó el 28 de enero a la policía de Wuhan por castigar a los “chismosos”.
“Podría haber sido algo afortunado para contener el nuevo coronavirus, si el público hubiera escuchado este ‘rumor’ en ese momento y hubiera adoptado medidas como usar máscaras, desinfección estricta y evitar ir al mercado de vida silvestre”, dijo la corte.
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