El rey chino del agua mineral, el más rico de Asia
Edición Impresa | 11 de Marzo de 2021 | 00:48

BEIJING
Fuera de China, pocos han oído hablar de Zhong Shanshan, el multimillonario que se convirtió en el hombre más rico de Asia amasando una fortuna con el agua embotellada y, ahora, con los tests de COVID-19.
Con fama de rudo, solitario y discreto, Zhong Shanshan es conocido por las omnipresentes botellas de tapón rojo en China, donde pocos se atreven a beber agua del grifo sin hervirla.
Al frente de la marca Nongfu Spring, el empresario, que este año cumple 67 años, posee más de una cuarta parte del mercado nacional de agua embotellada.
Su fortuna se estima en 85.000 millones de dólares, según la clasificación Hurun publicada la semana pasada. Es el hombre más rico de China y de Asia, y ocupa el séptimo lugar en el mundo.
El año pasado Zhong Shanshan colocó su agua mineral en la Bolsa de Valores de Hong Kong y en la de Shanghai su laboratorio Wantai Biological Pharmacy Enterprise, que invirtió en un nicho prometedor: los tests de detección del COVID.
Reforzado por estas operaciones financieras, su ascenso es una de las acumulaciones de riqueza más rápidas de la historia, según la agencia financiera Bloomberg.
VARIOS OFICIOS
Una evolución espectacular para alguien que, como millones de sus compatriotas, tuvo que dejar la escuela a los 12 años, durante el caos de la “Revolución cultural” maoísta.
Zhong Shanshan trabajó como albañil, carpintero y periodista, según la prensa china.
En 1996 fundó Nongfu Spring, de la que aún posee el 84 por ciento, según el gabinete Mintel. La marca se diversificó en bebidas azucaradas, sobre todo los tés envasados.
La prensa china lo ha apodado “el lobo solitario” por sus escasas apariciones públicas y su alergia a las entrevistas, algo llamativo teniendo en cuenta que trabajó como reportero.
Zhong es el anti-Jack Ma, el excéntrico fundador del grupo de comercio en línea Alibaba, que durante mucho tiempo fue el hombre más rico del país.
Sus dos compañías están radicadas en Hangzhou, en la región de Shanghai, pero Zhong Shanshan evita las reuniones con los círculos de negocios de la ciudad, según declaró un empresario local al China Economic Weekly.
“No me gusta el contacto con la gente ni los banquetes en los que se bebe” (cualquier otra cosa que no sea agua), reconoció Zhong Shanshan en una entrevista con la prensa china. “No tengo por costumbre halagar a los demás”.
Tres años después de haber creado Nongfu, el empresario fundó un grupo médico, Yangshengtang. Su filial biofarmacéutica es Wantai. Veinte años después, Zhong Shanshan sigue siendo su mayor accionista.
Ha vendido más de diez millones de pruebas anticovid-19, cuyo resultado se conoce en 75 minutos, según la página web de la compañía.
El laboratorio también trabaja en el desarrollo de una vacuna anticovid que se administraría mediante un aerosol nasal.
Como otros capitalistas del país, Zhong Shanshan debe mantener un equilibrio entre el éxito comercial y la necesaria deferencia al régimen del presidente Xi Jinping, que quiere que las empresas crezcan y se internacionalicen, pero también quiere mantenerlas bajo su control. (AFP)
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