Enfermedad renal crónica: la “epidemia silenciosa” que no deja de crecer

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La tasa de mortalidad y la prevalencia de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) han aumentado en la última década y la tendencia “no parece que vaya a revertirse”, alertan los expertos. Por si fuera poco, estos pacientes se han visto todavía más vulnerables ante la pandemia, en la que han llegado a alcanzar ante el virus unas tasas de contagio y mortalidad más elevadas que las del resto de población.

Así lo asegura la presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N), Patricia de Sequera, quien detalla que la pandemia ha acentuado y puesto de manifiesto “con especial crudeza la gravedad del problema en todos los países avanzados”.

Este 2021, se conmemora el Día Mundial del Riñón con la doble preocupación entre los profesionales: la prevalencia que se mantiene ascendente y el “fuerte golpe” a los pacientes propiciado por la pandemia.

Además de resaltar el crecimiento de la prevalencia, la S.E.N advierte de que el número de personas en Tratamiento Renal Sustitutivo (es decir, diálisis o trasplante) sigue creciendo.

Este incremento de la prevalencia e incidencia de la ERC, explican los profesionales, se relaciona con factores de riesgo como la diabetes, la enfermedad cardiovascular (responsable del 50 % de los casos), la obesidad, la hipertensión arterial y el tabaquismo.

“Con hábitos de vida saludable se podría frenar este avance”, aseguran desde la S.E.N.

A ello se le suma, comentan, que es una enfermedad que presenta síntomas poco reconocibles en sus estadios iniciales y que cuenta con una tasa de infradiagnóstico que supera el 40 %.

Los expertos califican la situación como “un preocupante panorama que se ha venido a sumar en 2020 el impacto de la COVID-19” y que, aseguran, se ha cebado de forma especial con estos pacientes.

La vulnerabilidad de los afectados por la ERC, señalan, se ha demostrado muy alta debido a la imposibilidad del distanciamiento y confinamiento social, así como a la necesidad de desplazarse a los centros sanitarios varias veces a la semana para acudir a las sesiones de terapia renal.

Frente a esta flaqueza, tanto la presidenta de la S.E.N como el presidente de la Federación Nacional ALCER de pacientes renales, Daniel Gallego, y el presidente de SEDEN (Sociedad Española de Enfermería Nefrológica), Juan Francisco Pulido, demandan que este colectivo se considere prioritario en el plan de vacunación contra la COVID-19.

“Vivir bien con enfermedad renal en el contexto de la pandemia que estamos viviendo, significa estar vacunado frente a la COVID-19, por ser las personas con enfermedad renal un colectivo especialmente vulnerable y de riesgo”, reclama Gallego.

Debido al alto predominio del deterioro nutricional que lleva consigo la enfermedad renal crónica, algunos profesionales de la salud advierten de una peor evolución de la infección por SARS-CoV-2 en estos pacientes como consecuencia.

Según el estudio ‘EMID’, la mitad (50,7 %) de los pacientes en hemodiálisis que participaron en él, padecen desnutrición moderada, severa o extrema.

 

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