Sin operativos, la venta callejera sigue imparable y gana espacio en el Centro

La actividad ilegal no frenó durante todo el verano y con la llegada de marzo se incrementó. Prácticamente no hay controles

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Ni siquiera los meses de verano -época en la que históricamente esta actividad ilegal solía aflojar en las calles platenses- pudieron frenar este año el arrollador avance de la venta callejera ilegal en la Ciudad, que sigue ganando espacios.

Es que si bien por lo general los manteros se iban en enero, febrero y parte de marzo a la Costa Atlántica, este año, pandemia mediante, la mayoría se quedó en La Plata aprovechando el mayor movimiento de gente ante la inusual temporada estival.

Y ahora, ya bien entrado el 2021, la comercialización ambulante, prohibida por ordenanza, sigue conquistando veredas y espacios verdes con su despliegue de mantas y caballetes que ofrecen todo tipo de mercaderías, la mayoría de ellos, se sabe, de dudosa procedencia.

Una simple recorrida por el microcentro alcanza para advertir que la oferta ilegal sigue floreciendo en plaza Italia, aunque es notoria también la presencia del comercio informal en los corredores de avenida 7, calle 8, calle 12, diagonal 80 con emplazamientos concentrados en torno al Pasaje Dardo Rocha y a la estación ferroviaria de 1 y 44.

Sin controles desde hace meses, la oferta de rubros es de lo más variada y se despliega a sus anchas: ofrecen pantalones, medias, remeras, joggins, anteojos, vajillas rudimentarias, artículos de limpieza, relojes, bijouterie y comidas, entre una larga lista de ofertas de artículos -muchos con marcas falsificadas-.

Semanas atrás, ante este fenómeno que se repite, claro está, en otras localidades, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) emitió una carta modelo para que las entidades reclamen a las autoridades provinciales y municipales. Sobre esa carta explicaron en la CAME q ue “motiva este pedido la situación tan difícil que vive el sector comercial formalmente establecido, el cual no solo debe luchar contra una pandemia que lo afectó de gran manera sino contra toda la venta ilegal que crece en la Argentina día a día”.

En la carta en cuestión señalan que motoriza la “inquietud el riesgo de comercializar productos de procedencia desconocida que fraguan derechos de marca y propiedad intelectual, agravado por el hecho de que la ilegalidad tampoco respeta los protocolos sanitarios preventivos por la pandemia COVID-19, atentando contra toda campaña para el cuidado de la salud pública”.

Agregan, asimismo, que “esta condición supone una competencia desleal para el comercio formal, en virtud de que no cumplen con las correspondientes obligaciones fiscales ni genera empleo registrado, lo que impacta tanto en el tejido social regional como en la recaudación impositiva federal, afectando su participación local”.

Todo esto en un contexto en el cual el comercio legalmente establecido no logra levantar cabeza. Sin ir más lejos, referentes comerciales de la Ciudad advertían en una nota publicada en ayer en EL DIA que la actividad cayó este verano entre 10 y 15 por ciento promedio respecto a la prepandemia, pero algunos rubros se desplomaron hasta 70 por ciento.

 

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