Incertidumbre en los clubes ante posibles nuevas restricciones por suba de contagios

El crecimiento sostenido de los contagios en la Ciudad pone a los clubes de barrio en una situación de extrema incertidumbre. Algunos creen que no podrán soportar otro cierre total; en otros aseguran que se pueden hacer actividades con aforos reducidos y extremando los cuidados; y la mayoría piensa en cómo recuperarse de la crisis que los sacudió en 2020, donde estuvieron cerca de 9 meses sin actividades, por lo tanto, sin ingresos, pero con gastos fijos por cubrir en diferentes rubros: servicios públicos y mantenimiento, entre otros.

“Los clubes se acomodan a las circunstancias y trabajan para sobrevir en un contexto muy difícil. Muchos forman parte de los comité de crisis para ayudar en distintos barrios a gente que tiene muchas necesidades. Y otros hacen malabares para sostenerse”, dijo Alberto Alba, presidente de la Federación de Instituciones de nuestra ciudad.

También dijo el dirigente que “las entidades pueden acercarse a la Federación para realizar los trámites necesarios para acceder a beneficios en materia de servicios: luz, gas, agua, teléfono e internet”.

Jorge Llompart es presidente del club Ateneo Popular (de barrio Hipódromo), dijo que la entidad recién pudo abrir el mes pasado, con pocas actividades deportivas: taekwondo, patín y el gimnasio. “Grupos pequeños, que respetan el protocolo sanitario a rajatabla. La economía nos mató. Sin ingresos por la imposibilidad de cobrar las cuotas, hubo que frontar los gastos de luz, gas, y el mantenimiento del club. Pusimos unos pesos nosotros y tratamos de mantener en pie a la entidad. Estamos a la expectativa, pero ya se evalúa un nuevo cierre y sus consecuencias”.

Marcelo Fortes es presidente de Everton (14 entre 63 y 64) y dijo: “Aprendimos a cuidarnos, estamos con los protocolos. Vamos a estar abiertos hasta que nos obliguen a volver a cerrar. Le pedimos a los padres que colaboren con las medidas sanitarias, para mantener la mayoría de las actividades que pudimos retomar, que fueron casi todas.

“Se pudo recuperar con normalidad el pago de las cuotas. Estamos en un plan de pago del servicio de luz, tenemos empleados en blanco y pasamos muchas horas en el club para mantenerlo. No aguantaríamos otro cierre”, dijo Fortes.

En el Club universal, de 25 entre 57 y 58, su presidente, Salvador Fiorenza, dijo: hicimos una reducción de la cantidad de chicos que realizan actividades deportivas. Nos vamos adecuando con los turnos. Hubo un poco de actividad oficial en la liga federal de juveniles de básquet, pero ante la aparición de casos de covid se suspendieron las fechas”.

“Tenemos la colaboración de los socios, que son muy solidarios con el club, en lo económico y la comprensión de las medidas sanitarias. De este modo podemos mantener las actividades, con las nuevas reglas”, agregó eldirigente.

Por su parte, Fernando Tau, presidente del club Gutenberg (65 entre 4 y 5), contó que “retomamos actividades a fin de año, y ahora estamos reduciendo los aforos. Esta segunda ola nos obligó a ajustar las marcas. Hacemos control más estricto aún en el ingreso, indagamos sobre el entorno para evitar contactos estrechos. Además de lo deportivo, el restaurante trabaja al 30 por ciento, tres veces por semana. Los socios nos ayudan financieramente, y eso es un alivio importantísimo”.