“No crucen la línea roja con Rusia”: la amenaza de Putin
Edición Impresa | 22 de Abril de 2021 | 01:38

MOSCÚ
El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió ayer una respuesta “dura” a las provocaciones de Occidente, en su gran discurso anual sobre el estado de la nación, al tiempo que miles de personas se manifestaban para exigir la liberación del opositor Alexei Navalny.
Este mensaje y estas protestas llegaron en plena tensión entre Moscú y los países occidentales a raíz de la situación del principal opositor al Kremlin, encarcelado y en huelga de hambre, pero también por el despliegue militar ruso en la frontera con Ucrania.
Miles de personas desoyeron la prohibición de manifestarse, sobre todo en Moscú y San Petersburgo, aunque la movilización fue menor que a principios de año, tras la detención de Navalny.
Sus seguidores están muy preocupados por su estado de salud, especialmente desde que fue trasladado a un hospital para detenidos tuberculosos tras tres semanas de huelga de hambre.
Según la oenegé especializada OVD-Info, más de 1.000 personas fueron detenidas en todo el país, sobre todo en San Petersburgo, donde se registraron 351 arrestos.
LÍNEA ROJA
En su discurso, Putin lanzó una severa advertencia a sus detractores extranjeros.
“No queremos quemar puentes, pero si alguien percibe nuestra buena intención como apatía o debilidad y pretende quemar esos puentes, entonces deben saber que la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura”, señaló el mandatario ante la Asamblea Federal.
“Los organizadores de provocaciones que amenacen nuestra seguridad lo lamentarán como nunca antes”, dijo.
“Espero que nadie tenga la idea de traspasar una línea roja con Rusia”, insistió ante ministros, diputados, senadores y jefes regionales, donde dejó claro que será el Kremlin el que decidirá en “cada caso” dónde está el límite de paciencia de Moscú.
En su discurso, Putin no habló de las tropas en la frontera con Ucrania ni de Navalny
Su portavoz, Dmitri Peskov, precisó a las agencias de noticias rusas que, con esa “línea”, Putin se refería a los intereses de Moscú, a la injerencia en la política interna y a cualquier declaración “insultante” para el país.
Rusia ha sido objeto de sanciones occidentales a causa del conflicto en Ucrania, la represión de la oposición y acusaciones de ciberataques, espionaje e injerencias electorales en EE UU.
El único asunto internacional que Putin abordó durante su discurso fue el del “intento de golpe de Estado y de asesinato del presidente de Bielorrusia”, revelado el pasado fin de semana por los servicios de seguridad de ambos países.
Y el mandatario hizo oídos sordos a los llamados de los países occidentales para retirar a las decenas de miles de tropas rusas desplegadas en la frontera con Ucrania, que hacen temer un conflicto mayor.
COVID, CRISIS Y ELECCIONES
La crisis económica y sanitaria provocada por el COVID-19 ocupó buena parte del discurso del presidente ruso.
Putin prometió más ayudas para las familias y frenar la subida de precios de los alimentos, a unos meses de las elecciones legislativas.
“Lo más importante ahora es garantizar el crecimiento de los ingresos de los ciudadanos”, declaró. El poder adquisitivo de los rusos está en declive desde hace años, como consecuencia de las sanciones internacionales y, ahora también, de la pandemia.
Putin continúa gozando de una gran popularidad pero su partido, con fama de corrupto, no tanto.
En el ámbito sanitario, el mandatario alabó los logros científicos, donde se desarrollaron tres vacunas anticovid, que permitirán que se alcance “la inmunidad colectiva en el otoño (boreal)”.
Asimismo, Putin invitó a otros estados nucleares como EE UU, Reino Unido, Francia y China, a abordar la cuestión de la estabilidad global y estratégica.
Asimismo, aseguró que la proporción de armas modernas en la llamada triada nuclear de Rusia -aviación estratégica, misiles intercontinentales y submarinos nucleares equipados con misiles- alcanzará este año el 88 por ciento.
SILENCIO SOBRE NAVALNY
Como era de esperar, Putin no dijo ni una palabra sobre la situación de Navalny.
El opositor fue arrestado en enero, al regresar a Rusia tras cinco meses de convalecencia en un hospital de Alemania por un envenenamiento del que acusa personalmente a Putin. Occidente reclama su liberación.
Expertos con mandato de la ONU afirmaron ayer que temían por su vida y pidieron que “le permitan ser evacuado para recibir tratamiento médico urgente en el extranjero”.
Pese a la prohibición de manifestarse, hubo protestas en decenas de ciudades rusas.
Miles de personas salieron a la calle, desde la capital del Extremo Oriente hasta Siberia, pasando por el Ural, al grito de “Putin asesino” y “¡Libérenlo!”. En Moscú, los manifestantes desfilaron cerca del Kremlin y de la sede de los servicios de seguridad (FSB). (AFP y EFE)
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