Vivir sin algún servicio básico, el drama de miles de vecinos platenses

Un reciente informe difundido por el Indec dice que casi la mitad de los argentinos carece de uno de ellos, sobre todo agua, cloacas o gas. Un fenómeno que atraviesa distintas clases sociales. La situación en La Plata

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Julieta Peña (32) vive desde hace ocho años en un barrio platense donde el único servicio básico que llega es la energía eléctrica. Como consecuencia de eso, “se usa para todo”: para extraer agua de una perforación, para calefaccionar la casa, para calentar agua para el baño. La fuerte demanda eléctrica de todo el barrio, dice, la llevó a comprar un estabilizador de tensión, pero ese gasto no es el único extra que tiene a partir de la falta de servicios: “en el verano tuvimos que llamar al camión atmosférico, porque se llenó el pozo ciego, en febrero se quemó la bomba de agua. Siempre tenés un gasto extra importante que afrontar en la casa cuando te faltan servicios”.

La realidad de Julieta, que vive en un barrio de clase media platense de los más nuevos, que en los últimos años extendieron la marcha urbana, se replica en numerosos vecindarios de la Ciudad y se agrava todavía más en los asentamientos: María García, que coordina un comedor en Villa Alba cuenta que más de una vez termina cocinando para los 150 vecinos que comen allí con leña, porque gas natural no tiene y la garrafa le sale muy cara y se le termina enseguida (ver aparte).

Historias como la de Julieta y María se multiplican por miles no sólo en La Plata, sino también en todo el país. Según un reciente informe difundido por el INDEC en base a datos recabados durante el segundo semestre de 2020, casi la mitad de los argentinos carecen de algún servicio básico.

Del testimonio de referentes de organizaciones no gubernamentales y vecinos surge que esa situación se agravó con la pandemia.

El informe difundido por el INDEC a mediados de mayo indica que casi la mitad de los hogares en las principales ciudades de Argentina no accede al menos a uno de los servicios considerados básicos y un 2,6 % vive en condiciones de hacinamiento.

“El 47,7 % de los hogares, en los que habita el 53,6 % de las personas, no accede a al menos uno de los servicios considerados” (agua corriente, cloacas y gas natural)”, señaló el informe.

El trabajo consideró varios indicadores sobre las condiciones de vida de los hogares en 31 conglomerados urbanos, en los que viven 28,5 millones de personas, sobre una población total de 45 millones en todo el país.

De acuerdo a esos datos, un 10,9 % de los hogares no accede al servicio de agua corriente, un 33,8 % no tiene conexión a una red de gas natural y el 31,2 % no está conectado a la red cloacal.

Por otra parte, el informe revela que el 2,6 % de los hogares vive en condiciones de hacinamiento crítico, lo que implica que 1,4 millones de personas viven en sitios donde duermen tres o más personas por cuarto.

Además, el 13,7 % de los hogares no cuenta con condiciones de saneamiento adecuadas, esto es, que no poseen baño o poseen uno fuera de la casa, o que comparten el baño con otros hogares, o bien que el desagüe del baño no está conectado a la red cloacal.

El informe también revela que el 6,6 % de los hogares habita en una vivienda cercana a basureros y que un 11 % vive en zonas inundables (ver gráfico).

En la plata

Esta realidad también se percibe en nuestra región, según indicaron a este diario referentes de ONGs que trabajan en los barrios y referentes que siguen de cerca el estado de los servicios públicos.

La ausencia de uno o varios servicios, un problema histórico, pero que según se afirma se agravó en los últimos años y aún más a partir de la pandemia, no sólo condiciona la calidad de vida de los habitantes de los sectores afectados, sino que también crea situaciones específicas que generan especial preocupación.

Una de ellas es la de los denominados “barrios electrointensivos”, que sólo acceden a la red de luz eléctrica (a veces de manera regular, otras irregular) y basan en ese recurso todo el funcionamiento del hogar.

Ante la ausencia de otros servicios, más hogares se convierten en “electrointensivos”

Según destaca Pablo Pérez, desde la ONG La Plata Solidaria “en muchos barrios las instalaciones no son acordes a tamaña exigencia y eso redunda en una mayor frecuencia de incendios ocasionados por fallas eléctricas en los propios hogares”.

La falta de gas en épocas de frío también favorece el uso de braseros y otros medios de calefacción precarios asociados a una mayor posibilidad de accidentes domésticos, incluso fatales.

Según destaca Pérez “lejos de tratarse de una problemática que sólo afecta a los barrios vulnerables, la falta de algún servicio básico se nota en buena parte de la Ciudad, sobre todo en los barrios nuevos que extendieron la marcha urbana, tanto hacia el sur, como Sicardi o Garibaldi, como hacia el norte, como Arturo Seguí o Los Porteños”.

Para Gastón Crespo, presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante local, en lo que hace al servicio de agua “son varios los problemas que enfrenta hoy la Ciudad y por los cuales queremos que se declare la emergencia en torno al agua”.

Entre ellos destaca la situación de “muchos barrios nuevos que se enmarcan en la extensión de la mancha urbana de la Ciudad en los últimos años a los que no llega el agua de red y recurren a perforaciones a veces hechas a profundidades insuficientes, que hacen contacto con la napa freática o de las que sale agua salinizada”.

Al mismo tiempo destaca que son “muchos los barrios que carecen de cloacas y recurren a pozos ciegos, lo que incrementa el riesgo de contacto entre el pozo de agua y el pozo ciego con los peligros que eso representa”.

En lo que hace al gas, Crespo destaca que se produce una situación similar a la de las cloacas, “ya que no hay extensión de las redes y eso se nota en muchos barrios que se crearon en los últimos años: no disponen de gas natural y recurren al gas envasado o incluso a la leña. Pero la más preocupante es la situación de los barrios ´electrointensivos´, que reemplazan los servicios que no tienen con un uso mayor de la electricidad, a la que usan para cocinar, calefaccionar y sacar agua”.

Según Crespo, eso redunda en un doble perjuicio, ya que se incrementa el riesgo de incendios y al mismo tiempo él consumo de energía eléctrica es muy alto y a veces se los considera grandes consumidores de electricidad.

 

 

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