Satélites fuera de servicio y pedazos de cohetes: la basura espacial nos está impidiendo ver las estrellas

Un grupo de investigadores detectó una enorme cantidad de "basura espacial" que está dificultando nuestra visión de las estrellas: más de 9.300 toneladas (8.440 toneladas métricas) de objetos están orbitando alrededor de la Tierra, incluidos satélites inoperantes y fragmentos de etapas de cohetes gastadas, y provocan un aumento del brillo general del cielo nocturno en más del 10 por ciento en grandes partes de nuestro planeta.

El estudio fue publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Sociedad y advierten que grandes extensiones del planeta se consideran contaminadas por la luz, lo que hace cada vez más difícil para los astrónomos tomar medidas precisas y aumenta la probabilidad de que se pierdan por completo descubrimientos importantes.

“Esperábamos que el aumento del brillo del cielo fuera marginal, si lo hubiera, pero nuestras primeras estimaciones teóricas han resultado extremadamente sorprendentes y, por lo tanto, nos animaron a informar nuestros resultados con prontitud”, aseguró Miroslav Kocifaj, principal autor del estudio e investigador principal de la Academia de Ciencias de Eslovaquia.

Los expertos precisaron que los satélites y la basura espacial arruinan las imágenes astronómicas al dispersar la luz solar reflejada, produciendo rayas brillantes que son indistinguibles de los objetos de interés astrofísico, y a menudo más brillantes que, lo que dificulta, si no imposible, obtener una imagen clara.

Este efecto, aclararon, es más pronunciado cuando se observa el cosmos con detectores de baja resolución, como el ojo humano, lo que resulta en un brillo difuso en todo el cielo nocturno.

Los telescopios con alta resolución angular y alta sensibilidad también pueden tener parte de sus imágenes arruinadas por la contaminación lumínica, aunque es probable que puedan convertir la luz reflejada en la basura en manchas.

A la hora de pensar soluciones, una posible es la propuesta por la Agencia Espacial Europea (ESA) en diciembre de 2019 de lanzar en 2025 un robot de cuatro brazos para agarrar elementos individuales de basura espacial.

La ESA espera utilizar la misión como prueba para una operación de mayor alcance por parte de una flota de robots limpiadores. Mientras tanto, el director general de la ESA, Johann-Dietrich Wörner, ha pedido nuevas reglas para que las empresas y agencias que lanzan satélites sean responsables de ordenar su basura espacial.

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