Consulta de esterilidad: emociones a flor de piel en la primera vista médica

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Por GREGORIO DEL ROSARIO

“Sé que la primera consulta de esterilidad tiene que marcar un antes y un después en el ánimo esperanzado de una mujer y su pareja. Su mayor deseo es tener un bebé entre sus brazos cuanto antes, por lo que siempre, siempre les trato de forma muy especial para que la confianza nos mantenga cogidas por los ojos desde que nos cruzamos nuestras primeras palabras”, cuenta la Dra. Carmen Sala Salmerón, ginecóloga de la Clínica Gine-3 de Barcelona. “Sabemos que entre un 15% y un 17% de las parejas no logran conseguir su deseado embarazo de forma natural y, entonces, acuden a centros de reproducción asistida que han elegido por la indicación de una amiga, familiar, compañera de trabajo o, simplemente, por sus propias consultas informativas a través de internet”, apunta la Dra. Sala, también obstetra y experta en suelo pélvico.

El 40% de las dificultades son atribuibles al hombre, otro 40% a la mujer y el 20% restante a causas mixtas. La edad es el factor que más condiciona la fertilidad en ambos sexos, ya que, aunque el hombre produce espermatozoides prácticamente durante toda su vida, con el tiempo, se hacen más escasos y pierden su capacidad reproductiva.

“Cuando una mujer y su pareja se sientan en la silla de mi consulta y ella dice, con aflicción, que no se queda embarazada por mucho que lo intenten, sé, porque llevo 35 años escuchando sus necesidades, sus dudas, sus preocupaciones, sus miedos, sus risas o sus silencios, que esa mujer, de 30 ó más años de edad, busca un trato personalizado”, dice.

Tanto es así que la doctora Sala tiene un ‘pool’ histórico de mujeres que ya tienen un lugar estratégico en su corazón profesional. “En su día les ayudé a venir al mundo a través de reproducción asistida; luego fueron niñas, adolescentes y jóvenes; más tarde se casarón y me enseñaron las fotos de su boda; ahora no se quedan embarazadas y desean tener un bebé casi desesperadamente”, enmarca.

“Hay que tener muy en cuenta, además, que estas mujeres cuando acuden a mi consulta vienen nerviosas. Seguramente, esa noche no habrán dormido, llegan con miedo, preocupadas por mis respuestas”, añade.

Forman parte de dos grupos de mujeres muy diferenciados: las que no están informadas, incluso desconocen sus días fértiles para quedarse embarazadas; y las que se lo han leído todo y saben hasta el número de inyecciones que necesitan”, describe.

A todas ellas, y a sus parejas, más o menos conocedoras de los entresijos de las técnicas de reproducción asistida, hay que evitarles cinco mensajes que autodestruyen su confianza:

Nunca, nunca se puede echar en cara la edad a la que pretende quedarse embarazada. ‘Pero, mujer, tienes cerca de 40 años, cómo es que no has venido antes’. No lo ha hecho por sus problemas económicos, por falta la pareja o porque sus problemas laborales se lo impedían. Los reproches no dan pie a la confianza.

Nunca, nunca asegures con rotundidad que conseguirá su objetivo de ser madre. En la primera consulta de reproducción asistida no debe asegurarse un resultado positivo.

 

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